ADVERTENCIA

Este blog contiene elementos de lenguaje,salud, sexo y violencia que no debe ser leído por niños, niñas y adolescentes y tampoco por personas que consideren ofensivo su contenido

martes, 29 de julio de 2008

Al fin sumisa

La primera vez que Rafa me habló de sumisión acabábamos de empezar formalmente nuestra relación como pareja. Me dijo que para que esta relación funcionara yo tenía que entregarme completamente a él y tenía que ser completamente sumisa ante él. En aquél momento, todavía en la etapa más sublime de enamoramiento característica de los primeros meses de relación, dije que sí sin pensarlo e incluso me registré en The Slave Register. Luego se registró él y creamos un contrato de pertenencia fechado el 28 de octubre.
Rafa desde un principio me dijo que lo tomara con calma, que pensara bien porque esa decisión era muy delicada y un compromiso muy grande. Pero mi inexperiencia y ansiedad por hacer de esa relación naciente algo fantástico no me dejaba pensar realmente en lo que significaba lo que había aceptado.

Como Rafa me conoce, a veces hasta más que yo misma, siempre supo que una vez que pasara mi emoción y pensara con la cabeza en frío y me informara más sobre el tema, me iba a dar cuenta de lo que había aceptado, por lo tanto no se esforzó mucho en entrenarme y decidió esperar a que yo estuviese preparada.

Como siempre -o casi siempre- Rafa tenía razón. Empecé a informarme sobre el mundo del Bdsm y lo que significaba realmente la sumisión y una relación Amo-sumisa. A medida que iba entendiendo que siempre he sido sumisa e iba aceptando que la sumisión es mi vocación, también iba comprendiendo que la entrega de una sumisa a su Amo no era el tipo de entrega que yo pensaba. Para mí, la sumisión era hacer lo que mi Amo quiera que yo haga, y obviamente no es así. Implica un nivel de compromiso, de confianza y de amor que yo no conocía. Cuando hablo de un amor que no conocía me refiero a que yo creo firmemente que así como se puede diferenciar el amor entre padres e hijos, amor entre amigos, amor de hermanos y amor de pareja, así también existe un tipo de amor específico entre un Amo y una sumisa, que puede o no estar ligado al amor de pareja.

Yo siempre he sabido que le tengo fobia al compromiso, así que al darme cuenta de lo que había aceptado, empecé a acobardarme y a arrepentirme. En ese momento simplemente quería regresar el tiempo y haber dicho que no. Eso se lo expliqué a Rafa y, aunque él se lo esperaba, en cierto modo le molestó y me explicó que era muy tarde para volver atrás. Yo lo sabía, pero también sabía que era sumisa y que estaba llamada a entregarme a un Amo, fuese Rafa o fuese alguien más. Simplemente le pedí que fuese paciente como siempre ha sido y que me diera tiempo. Yo podía ser la sumisa que él esperaba y que yo soñaba con ser, pero necesitaba estar preparada para entregar, junto a mi cuerpo y mi alma que ya se lo había entregado, mi mente.

Las mujeres podemos entregar nuestra alma y nuestro cuerpo a un hombre, lo hacen mujeres a diario en todo el mundo. Pero entregar nuestra mente, y con ella nuestra voluntad, es una tarea difícil. Pensé que iba a ser algo fácil, porque las bases de una relación D/s ya estaban sentadas. Confío en Rafa plenamente y él confía en mí; la comunicación no puede ser mejor, podemos hablar de cualquier cosa, hasta de nuestras fantasías más escondidas sin ser juzgados y, mejor aún, en la gran mayoría de los casos compartimos esas fantasías; siento un profundo respeto por él y él por mí y sobre todo, nos amamos.

¿Qué más podía pedir? Tenía (tengo), a un hombre maravilloso al lado, que jamás me ha dado motivos para si quiera pensar que podría hacerme daño, o al menos un daño serio ;-). Pero aún así tenía miedo. ¿A qué le temía? No sé. No es que ahora el miedo no exista, pero se ha desvanecido poco a poco hasta llegar a un punto en que pasa desapercibido ante las maravillosas sensaciones que esta nueva etapa de mi vida me trae.

Lo que más le agradezco a Rafa es que nunca me presionó. Poco a poco fue exigiendo más, pero en grados que yo no percibía sino después, cuando al recordar, pensaba ¿En qué momento yo llegué hasta este punto? Pero ya era muy tarde y yo no quería regresar al punto anterior. Todo se dio de manera muy natural hasta que la realidad me golpeó: Ya era su sumisa. Ya me había entregado sin darme cuenta ya era suya en todo sentido y ni cuenta me había dado. Fue en ese momento en que yo le pedí que me otorgara su collar, y él, que sabía que ese momento llegaría tarde o temprano, aceptó encantado.

Como nosotros no somos personas de protocolos, y además todo se dio de una manera espontánea, no hubo un collar físico que representara el inicio de mi entrenamiento, ni un contrato firmado por testigos –que hubiese sido algo bastante complicado porque ninguno de nuestros amigos sabe de nuestra relación a puertas cerradas-. Nuestra ceremonia fue privada y mi entrega fue sellada con un beso memorable.

De más está decir lo feliz que estoy. Como me dijeron en el grupo, me había tardado en tomar la decisión, pero todo el tiempo de consideración que me tomé demuestra que esta vez, no tomé una decisión a la ligera, sino que estoy conciente de lo que estoy haciendo. Esto es lo que quiero, estar a los pies de mi Señor.

alejandra [RF]

jueves, 24 de julio de 2008

Un 24/7 más que especial

Primero que nada: ¡FELIZ DÍA DEL BDSM!

Ya alguna vez he contado que, sin planearlo, mi primera sesión de spanking fue el 8 de agosto del año pasado: El Día Mundial del Spanking. De hecho, no me enteré lo que significaba ese día para nuestro mundo sino un par de meses después y la verdad me sentí muy orgullosa de que el día mundial del spanking tuviera un significado más especial para mí.

Pero esta vez, ha sido completamente intencional el celebrar el Día Mundial del BDSM, hoy 24 de julio de 2008 de una manera especial. Y es que a partir de hoy mi nick cambia de ser alespankee, a ser alejandra[RF].

Para los que han vivido más de cerca mi progreso saben que esto era algo que se veía venir. Finalmente Rafa y yo hemos decidido, después de una larga etapa de consideración, discusiones y acuerdos, entrar oficialmente en el maravilloso mundo del BDSM. Y digo oficialmente porque creo que llevaba meses rondando por los arededores y no me atrevía cruzar el umbral. Y como siempre, Rafa ha sido paciente y ha entendido mis miedos y mis reservas y me ha ido guiando lentamente a la aceptación de mi sumisión.

Hoy he decidido entregarme completamente a Rafa y dar rienda suelta a un montón de sentimientos y emociones que he tenido reprimido dentro de mí por mucho tiempo. Soy sumisa, pero no cualquier sumisa: Soy la sumisa de Rafa. Soy la sumisa de uno de los hombres más maravillosos que existe en el mundo y al que amo con todo mi ser.

Pero hoy es un día especial por más de una razón. Y es que hoy vuelve repotenciada la maravillosa página Aldea Sado, una iniciativa de mi estimado Sir Williams, Misterioso Argentino y Marcela que, como ellos mismos definen, es "un sitio web que ha nacido con la intención de ser un lugar de reunión de las distintas expresiones del BDSM y el Fetichismo."

Quiero extender mis felicidades a los creadores de esta página por el relanzamiento y por no haber decaído frente a las adversidades. Y como regalo a Sir Williams por esta nueva etapa de Aldea Sado, hoy una spankee más se pasa a las filas de las sumisas para demostrar su teoría.

¡LARGA VIDA A ALDEA SADO!

De igual forma quiero agradecer a todas aquellas personas que, de una u otr forma, me ayudaron en este proceso. A Amo Amadeus por su paciencia y el tiempo que me dedicó para demostrarme que el Bdsm es un mundo maravilloso que nada tiene que ver con lo que yo me imaginaba que era. Él sabe lo que significa para mí.

A anitaK[SW] por su maravilloso blog Aprendiendo Sumisión tras los pasos de mi Amo porque sus palabras fueron un detonante para aceptar mi sumisión, así como hace un par de años sus relatos de spanking fueron parte importante de mi aceptación como spankee.

A Sir Williams porque con sus palabras tiernas pero duras a la vez siempre me han inspirado mucha confianza y en mi mente tengo una imagen de él como el Amo ideal empre tengo la esperanza de que en 20 años, Rafa o quien esté conmigo en ese momento, sea como él.
Al Foro de Aldea Sado por haberme abierto las puertas y brindarme toda la información que necesité.

Y por supuesto a todas las maravillosas personas del grupo Nalgadas y Azotes que con nuestras eternas discusiones, consejos y bromas han hecho que todo este proceso sea mucho más llevadero.
Los quiero mucho a todos. GRACIAS

PD: Espero que mi discurso de agradecimiento no haya sido muy cursi. Entiendan que es muy tarde y tengo sueño...

lunes, 21 de julio de 2008

¿Estar o no estar atada?


Una de mis principales fantasías siempre fue el estar atada, no sólo durante el sexo sino durante una sesión de spanking. La idea de sentirme completamente indefensa y a la merced de alguien me produce un morbo increíble. Obviamente no me gustaría sentirme indefensa frente a cualquier persona. De más está decir que debe existir un nivel de confianza muy elevado con tu pareja antes de siquiera pensar en la posibilidad de ser atada.

En mis primeras conversaciones con Rafa, tocamos este tema y él me comentaba que, a pesar de que no sería algo que descartaría, prefiere que la spankee no esté atada porque le excita mucho más que el castigo sea recibido voluntariamente y que, a pesar del dolor que siente, lo soporte aceptando las consecuencias de sus actos.

Sin duda, el motivo de Rafa me pareció excelente. Luego, cuando nos conocimos y empezamos a tener sesiones se fueron creando en mí sentimientos encontrados con respecto al estar atada. Durante un castigo no puedo evitar moverme e intentar taparme, por lo que Rafa termina sosteniendo mi brazo detrás de mi espalda.

Las ventajas de moverme y taparme es que, cuando lo hago, la lluvia de nalgadas o azotes paran aunque sea por un segundo porque Rafa siempre va a evitar pegarme sobre la mano o en una posición donde el azote pueda caer sobre alguna parte de mi anatomía que pueda causar un daño grave. El tener un respiro durante un castigo es relajante. Sin embargo mi masoquismo psicológico siempre me presiona para entregar más y exponerme más.

Hace algunos meses había comprado una cuerda pensando que era mejor tenerla y no necesitarla, que necesitarla y no tenerla. Se lo había comentado a rafa y dijo que ya lo usaríamos y hace unos días se presentó esa oportunidad.

Rafa me ha estado pidiendo, o mejor dicho ordenando, que compre un enema desde que llegué, pero he ido posponiéndolo porque el sólo pensar que Rafa me lo ponga me da mucha pena. El caso es que siempre tengo una excusa para no haberlo comprado, así que mi muy merecido castigo por malcriada, se vio empeorado por el castigo adicional por desobediente.

Siempre he podido aguantar más los azotes con el cinturón que con el cepillo. Reiteradamente he explicado mi aversión a la madera por el dolor que produce, y Rafa lo sabe, así que esta vez decidió ensañarse con este instrumento. Pero como sabe que al usarlo provoca que yo me mueva en extremo e intente escapar de sus rodillas, usó la tan ansiada cuerda.

Me ató las muñecas, los tobillos y las rodillas y me acostó sobre varias almohadas dejando mi cola a merced de sus azotes. Si bien me excitó muchísimo, me desesperaba no poder contar con esos segundos de gracia en los que podía descansar de los golpes y terminé arrepintiéndome.
Comenzó con la correa y luego siguió con el cepillo, pero inevitablemente comencé a moverme tratando de escapar. De más está decir que si me caía de la cama estando atada de esa forma, podía haber terminado mal.

Ahora bien. Últimamente a Rafa le ha dado por obligarme a mantener la posición durante un castigo sin intentar taparme bajo la amenaza de que, si lo hago, comenzará de nuevo. Ese día me dijo que iba a darme 50 nalgadas fuertes y que si me movía empezaría y que debía contarlas. Al llegar a 37 me moví involuntariamente y sin piedad decidió empezar nuevamente, pero esta vez con el cepillo. Me aseguró que empezaría a alternar entre el cepillo y la mano cada vez que me moviera. Estuve tentada a moverme después del quinto azote con el cepillo para que cambiara a la mano, pero no sé por qué no me atreví. Sólo quería que mi tormento acabara lo antes posible y supongo que el concentrarme en no moverme, neutralizó un poco el dolor que podía sentir y logré aguantar los 50 azotes, que por simple sadismo de Rafa, cada vez eran más fuertes llegando a ser casi insoportables los últimos cinco, obviamente esperando que me moviera.

Esta nueva forma creo que me gusta más. Es como estar atada psicológicamente porque, a pesar de que sé que puedo moverme y taparme en cualquier momento, estoy conciente de las consecuencias y hago todo lo posible para evitar hacerlo. Además sé que Rafa lo disfruta mucho más porque estoy cumpliendo sus órdenes.

Poco a poco nuestra relación va evolucionando y se van agregando nuevos elementos a nuestras sesiones ¿será que me animaré a comprar el enema? ¿Llegará algún momento en que no podamos innovar más y la relación caiga en la rutina? No quiero pensar en eso... por ahora me dedicaré a disfrutar de la atadura psicológica a la que me somete Rafa de vez en cuando.


martes, 1 de julio de 2008

El número mágico: 100

Antes que nada quiero disculparme, debí haber escrito esta entrada hace mucho tiempo, pero la rutina diaria y, debo confesar que también la flojera, me habían impedido escribir apropiadamente a pesar de que esta entrada la comencé a escribir hace más de dos semanas. Lo siento. Ya estoy de vuelta.

Quería comenzar con una pregunta. Se ha vuelto costumbre en mis entradas:

¿Cuándo los correazos pasan de ser muchos para conventirse en demasiados? Para nadie es un secreto que tenía un castigo acumulado de varios meses y eso no puede traer nunca nada bueno. Era de esperarse que el primer castigo fuese memorable ¡Y vaya que lo fue!

Siempre vi el número 100 como un número mítico cuando se refería a azotes de cualquier tipo. En especial si ese número se refería a correazos. Y con esto no digo que 100 azotes con la vara no sean impactantes, de sólo pensarlo me espanto pues ese es un nivel de masoquismo que desconozco, pero porque simplemente la correa es el instrumento más "temible" que Rafa a usado en mí. Aunque sigo insistiendo que el cepillo es, por mucho, el más detestable hasta ahora.

Pero ¿qué pasa cuando te ordenan: "Vas a contar 100, y aumentarán 10 por cada vez que metas la mano"? Pasa que la fuerza de voluntad es mayor a la que uno cree que tiene. 110 azotes... no está nada mal para la primera vez que paso los 100 correazos. Claro, estuve cerca de 72 horas haciendo esfuerzos para disimular el dolor cada vez que me sentaba e intentando moverme lo menos posible porque cada vez que lo hacía el dolor hacía estragos en mi pobre (pero feliz) cola.

No dudo que haya personas a las que les parezca excesivo mi castigo, spankees que jamás dejarían que un castigo fuese tan lejos, así como otras que les parecerá que 100 correazos es algo normal dentro de sus castigos. Pero en mi caso debo decir que el castigo fue justo como debía ser. No sólo me merecía un castigo severo, sino que después de tanto tiempo de espera, mi cuerpo lo necesitaba y, más aún, lo pedía. Supongo que también influye que no todos los correazos fueron con la fuerza que Rafa ha ejercido otras veces. Asumo que al menos la mitad fueron dados con una fuerza moderada y Rafa me lo recuerda cada vez que salgo con alguna malcriadez.

De más está decir que esos 110 correazos fueron precedidos por una cantidad incontable de nalgadas y por un periodo indefinido en una de las peores rutinas del castigo: El Rincón; que además tenía una misión definida en esta ocasión: acabar con la campaña del Sindicato Latinoamericano de Spankees "Sí a las Nalgadas, No al Rincón". Para los que no entienden a qué me refiero, en el grupo de yahoo Azotes y Nalgadas, un grupo de spankees comenzamos un Sindicato, conocido como el SLS con el fin de apoyarnos ante la autoridad de nuestros spankers y una de nuestros principales enfoques es hacerle entender a nuestros maravillosos spankers que la mayoría de las spankees odiamos el rincón.

El caso es que mientras estaba en el rincón, desnuda y con las nalgas rojas y calientes después de haber recibido una buena tanda de nalgadas, a Rafa se le ocurrió la brillante idea de tomarme una foto con su celular, el cual tiene una muy buena resolución para ser una cámara incluída en un teléfono. Yo no me di cuenta sino hasta después, cuando me mostró la foto y me amenazó con subirla al grupo para desmoralizar al resto de las spankees. "¿Qué dirían tus amigas del SLS si te vieran en el rincón desnuda y con las nalgas rojas?" me preguntaba con una sonrisa burlesca en su rostro. Prendió una de las computadoras de la oficina y me hizo abrir la página principal del grupo. Mientras lo hacía, comenzó a azotarme con un instrumento que no pude determinar de qué material estaba hecho, creo que de plástico, pero a los pocos golpes se rompió; de ahí en adelante usó la correa. Cabe destacar que esos correazos fueron previos al castigo de los 100 correazos, así que técnicamente fueron más de 110, sólo que éstos no los conté porque estaba muy ocupada pensando en por qué las páginas se tardaban tanto en cargar.

Al principio pensé que no se atrevería a hacerlo, pero había puesto tanta insistencia en que tenía que aprender que mi deber era hacer lo que él me ordenara, y que si él me ordenaba irme al rincón, debía hacerlo sin rechistar, que para el momento en que finalmente se cargó la página del grupo, estaba convencida y resignada a ver mi foto en el grupo. Sin embargo, era sólo un juego mental y lo que buscaba era atormentarme. Finalmente no envió la foto. Días después le pedí que me prestara su celular para ver si la foto seguía ahí, pero ya la había eliminado. Gracias a Dios...

Después de apagar la computadora me llevó de la oreja al cuarto contiguo, el que se ha convertido en el cuarto de los correazos, y el resto es historia. De más está decir que llevaba meses soñando con ese momento y realmente me preocupaba que no fuese tan severo como lo necesitaba, pero sin duda el castigo me satisfizo en todos los sentidos (menos el tiempo en el rincón, obviamente).

Es irónico cómo los límites van cambiado y se van ensanchando. Si hace 11 meses me hubiesen dicho que iba a recibir más de 100 azotes con una correa, probablemente hubiese salido corriendo. De hecho, el día de mi primer castigo recibí sólamente 28 correazos y tengo que decir que la sensación de mis nalgas después del castigo y los días siguientes fue muy parecida a la sensación de este castigo. Se lo comenté a Rafa y él me recordó que la intensidad y fuerza que usó en los 110 azotes que me dio, no son comparables a las usadas en aquel primer castigo que fue tan memorable que es la razón principal por la cual hoy estoy escribiendo este post.

Ya superé la barrera de los 100 correazos, y lo disfruté. ¿Qué otros límites me quedan por superar en esta nueva etapa? Sólo el tiempo lo dirá.