Hola amigos,
Lamento la ausencia. Es que en este tiempo mi vida dio un giro de 180 grados. Lamentablemente, mi relación con Ender llegó a su fin por cosas que se nos escaparon de las manos a ambos...
Aunque por otro lado, entré en conversaciones con otra persona y he pensado en intentarlo. Esto es un sueño, una fantasía que se me ocurrió al mes de hablar con él. Quiere ser mi amo.. mi dueño.. y si las cosas resultan, podría intentarlo.. Espero sus opiniones...
Me ordenaste esperarte para cenar vestida de falda, todo de punta en blanco y descalza. Es una ocasion especial y quiero sorprenderte. Comienzo a preparar algo en la cocina y decido destapar una botella de vino. Sé que te gustan.. y Casillero del Diablo para cenar más aún.
Cuando estuvo todo listo en la cocina decidí sacar el juego de copas victoriano que compraste en francia, lo tengo prohibido por ser muy antiguo, pero esta es una noche especial, y sólo pienso en sorprenderte.. ya una vez lo había sacado sin tu permiso días atrás cuando unas amigas vinieron a la casa justo despues de tu viaje.
Saco dos copas, guardo el estuche y me dirijo con las copas a destapar la botella. Quiero que todo esté listo. La botella está algo atorada, el destapador no hace muchos logros y decido imprimirle fuerza..... se rompió el corcho. El destapador corta mi mano con lo que sobresale de extremo del corcho, me asuste y con un movimiento brusco tropiezo las copas que estaban muy cerca, cayeron al suelo y se quebraron. En medio del ruido, mi llanto y las manchas de sangre que ensuciaron mi ropa decido llamarte.
-Caroll.. que paso? estoy medio ocupado, que pasa?
-Amor perdoname, no sé que pasó, no quería hacerlo no fue mi intención, sólo quería tenerte una sorpresa para cuando vinieras a cenar, no quise hacerlo, traté de destapar una botella y me corté la mano... por el susto rompí las copas del juego que trajiste de tu ultimo viaje.
-¿Las copas? Coño Caroll ¿Qué te he dicho de esas copas, estás contenta ahora? Sabía que esto pasaría, ni creas que no sé que las sacas a escondidas! Odio que mientas, y que me creas estúpido.! En una hora estoy ahí y !Prepárate!
Me trancas el teléfono. Yo por una mezcla de arrepentimiento y verguenza, al saber que mentía no pude sino llorar un rato junto a los cristales. En eso llegaste y me conseguiste ahí. Perdí la noción del tiempo, habías dicho que venías en una hora y para mí fueron casi segundos...
En cuanto llegas y ves el desorden comienzas a gritar:
-¡Mira como estas! Te dí una hora para que te arreglaras y organizaras esto y mira como te encuentro todavia sangrando! Levántate niña mala y limpia todo este desorden pero YA y ¡ve a limpiarte esa herida!
Yo lloro un poquito más porque me tomó por sorpresa que me levantaras por las orejas. Me apresuro a limpiar todo, y cuando termino voy por ti a la sala. Todavía estas molesto. Me miras con ojos hirviendo y yo bajo la mirada.
-¿Qué quieres que todavia no te has ido a curar?
-"Amor.. ¿Me ayudas a curar?... Me duele mucho....snif...!
-Está bien. Ven, vamos, y luego te me preparas psicológicamente. Quiero que al terminar, te arrodilles frente a la pared, subas los pies al cielo. manos en la nuca y tu punta de la nariz tocando la pared! Ya sabes, ¡No voy a repetir!
Me curaste... y ordenaste que me colocara en una posicion horrorosa que casi no soportaba. y cuando vi que colocaste la paddle, el strapp y el cepillo corrí hacia ti... abrazandote. Te supliqué que no fueras tan severo, que aunque tenías razón en estar molesto, las cosas materiales se recuperaban, que no lo hicieras.
Me abrazaste por un segundo y fuertemente me dijiste que volviera, que nadie me había dado permiso de levantarme. Volví muy a mi pesary me dejaste ahí por 30 minutos. A mis espaldas escuchaba el reloj de pared hacer tic-tac...
Volviste, de una oreja me tomaste y me dijiste: "¡A la cama!"
Yo obedecí. No estaba en posición de nada. Sabía que lo merecía por haber roto las copas. Me colocaste sobre tus rodillas y comenzaste la lluvia de nalgadas, dando una por una espaciadas por dos o tres segundos, una en cada lado. Querías que sintiera que estabas molesto. Comenzaste con intensidad y no bajaste en ningun momento. Al cabo de 30 horribles minutos ya yo era presa del pánico, mi respiración era acelerada, mi mirada esquiva, sólo escuchaba tus quejas...
-No soy estupido ¿Sabes?, ¡No me gusta que mientas!
Me subiste encima de las almohadas y ataste mis manos con una cinta blanca al cabezal de la cama, dijiste que no me sentaría en mucho tiempo, que recordaría las copas, y las consecuencias por mucho tiempo.. y sentenciaste...
-Carol.. esto lo recordarás muy bien. No quiero volver a repetir... el resto de las copas no la vuelves a tocar por el resto de tu vida si yo no te ordeno lo contrario; y en mi presencia, jamás las vuelves a tocar sola, veo que tus manos ya pagaron el precio, odio q tengas cicatrices.. y lo sabes. Por eso, y sólo pore l hecho de haberte cortado recibiras cinco golpes con cada instrumento de más a lo que te mereces, que son 15 con el strap, 25 con el paddle, y 30 con el cepillo... y comenzando.
Comenzaste con el cepillo con unas fuerzas que no te conocía... al punto en que llevabas 20 comencé a pedir perdon a viva voz. No le hiciste caso a nada de lo que dije... ni siquiera en la variacion de la fuerza. Querías que sintiera tu enojo, por lo que decías y por lo que hacía el cepillo.
Cuando terminaste con él me enviaste al rincón, manos en la nuca mirando a la pared. Decías que debía meditar en la desobediencia del día que llegaron mis amigas.. que me había dejado llevar por el mundismo, y que me querías humilde. Que si no sabía serlo que iba a aprender. Me tuviste así 15 minutos. Cuando viste que mi respiración se normalizó me tomaste por un brazo, me halaste contra ti y me miraste muy de cerca a la cara directo a los ojos... como escudriñando mi alma. Querias que sintiera verguenza, que viera en tus ojos tu malestar.
-Esto no lo olvidarás jamás. Quiero que cuentes cada golpe de acá en adelante, des las gracias y pidas el siguiente! No trates de pasarte de lista porque aumentarás la cuenta, niña desobediente! A ver, a la cama.
Esas fueron tus palabras mientras esperaba que comenzaras con el paddle... el instrumento tenía orificios cada dos centimetros, y decia: 'BAD GIRLS ONLY' . Ya para ese punto yo temblaba como una hoja al viento... tenía mezcla de miedo y deseo. Quería que comenzaras rápido, y a la vez no, no entendía ni mi propio cuerpo Estaba perdida en mis pensamientos cuando sentí el primer golpe...
Me obligas a contarlos y me das dos más entre número y número porque no cuento rapido. Por fin llega el numero deseado.. '30.. gracias Señor' . Ya para este punto no aguanto el dolor. Me cuestiono a mí misma como pude ser tan torpe y dejarlas caer. Contengo al máximo de lo que puedo mis lágrimas, a este punto en el que no salen solas el orgullo hace aparición.
Te inclinas a mirar mi cara y ves la presión que hago para que no salgan. Sabes que mi orgullo es fuerte, y también sabes que tu paddle lo es, y es la que quieres que me haga llorar. Te inclinas un poco más, besas mi frente, soplas mi rostro, y sonries. Pude sentirlo, más no verlo.
Regresas, mientras yo cuento los segundos interminables para que comiences con el strap y dices:
-Esta es cortesía de la casa, por haber ocultado por tantos días la mentira con tus amigas.
Tomaste con fuerza el paddle, y asesaste un golpe con un extra de fuerza que me hizo brincar en la cama. Grité con fuerza y me levanté, me senté sobre mis tobillos inclinada por las esposas.
Tú me miraste y sonreiste al ver que comencé a llorar. Sabía que lo lograrías. Yo no podía mirarte a la cara, lloraba sin consuelo, tú soltaste las esposas, me tomaste de un brazo y notaste que temblaba casi convulsionadamente. Te arrodillaste frente a mí casi como estaba yo, igual quedabas más alto. Repentinamente me abrazaste con fuerza, besaste mi frente, y me susurraste al oido:
-Sabes que esto todo paso por tu falta, Ay Caroll, ¿Por qué siempre tienes que desobedecerme? ¿Acaso lo que querías era acabar con el juego completo? Eso no es para niñas y ahí tienes la prueba.
Señalaste mi mano que entre las curas seguía sangrando, quizás por la presion. Volviste a besar mi frente. Me abrazaste con fuerza y me dijiste que esta parte sería dura, que me colocara en cuatro para recibir los últimos 20 golpes con el strap. y que no me moviera ni por un micro-segundo. No tolerarías menos del comportamiento ya mostrado.. Me ordenaste apoyarme en mis codos para no lastimarme la mano, (Cosa mejor para ti, así mi trasero estaría más expuesto). Dijiste que esas no las contaría yo, advertiste que no serían fáciles, pero que mantuviera la posicion. Comenzaste y tenías razón, no fue fácil. Desde el comienzo me retorcía.
Lloraba desesperada entre las sábanas, apretando con fuerza las almohadas, olvidando la herida... cuando íbamos por la mitad te detuviste, fuiste al baño y regresaste. No me atreví a mirar. Me había movido varias veces, y le habías impreso más fuerza a los golpes.
Continuaste,con más rapidez. No había ni un segundo entre los 10 golpes que faltaban, yo lloraba con fuerza, me retorcía, pero no quería agregar más, y milagrosamente no me moví. Escuché que algo abrías, pensé que sería tu portafolio donde algunas veces gurdas tu regla de madera. Yo lloraba impotente sobre la cama, creí por un segundo que seguirías, estabas relamente molesto y me lo habias hecho notar.
Afortunadamente, sentí que algo en extremo frio, (para mi calentísima cola) untabas en mi trasero. Habias comprado un gel frio antes de venir, por eso te habías demorado en llegar. esparciste generosamente ese gel.. incluso en la parte donde se une el trasero con la cola..me Diste una palmadita en señal de que podía recostarme completa, y notaste que había manchado la cama..
Me ordenaste vestirme, exclusivamente de blanco. dijiste que querías verme el vestido campestre. el que tanto te gusta, y que me ayudarías a ponermelo. no querías que lo manchara... me ordenaste no colocarme ropa interior. Es más, no dejaste que me la pusiera, alegaste que querías que sintiera que todos me miraban porque sabía que había sido niña mala, y así me sacaste.
Fuimos a emergencias y me pusieron dos puntos. tuviste que tomarme del otro brazo porque no quería. Sabes lo mucho que odio las agujas, y lo peor fue que me obligaste a colocarme una antitetánica ahí mismo, 'por no dejar' como dijo el medico, para evitar tétanos, por haber sido un objeto antiguo.
Estuve a punto de morir cuando la enfermera notó que me sacaste sin ropa interior y tó sólo sonreías. Cuando llegamos a la casa, viste mi cara de verguenza, no levantaba la cara para nada, me tomaste de la mano y me acercaste. Me dijiste en susurro al oido:
-Eso te pasa, por desobediente, haz caso niña bella, y no volverá a pasar nada.
Me diste un beso en la mejilla y me sacaste una sonrisa, como sueles hacer siempre...
Caroll...
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