ADVERTENCIA

Este blog contiene elementos de lenguaje,salud, sexo y violencia que no debe ser leído por niños, niñas y adolescentes y tampoco por personas que consideren ofensivo su contenido

martes, 18 de diciembre de 2007

Mi castigo por fumar... y otras faltas más

Ok... Debo admitir que sí me merecía la tunda, o mejor dicho las tundas, que Rafa me ha dado últimamente. Y también debo admitir que he tenido mucha suerte de que se le haya olvidado ponerse una correa dos de las tres veces que me ha castigado. Pero no sé por qué últimamente los azotes me duelen más que de costumbre.

Vamos a comenzar desde el principio. Rafa se fue de viaje del lunes al viernes pasado. Ya tenía acumuladas varios castigos, por perder mi celular, por decir groserías y por una que otra malcriadez. Pero lo que colmó la paciencia de Rafa cuando llegó fue mi noticia de que me fumé dos cigarros. Yo sé que él me lo había prohibido... pero vamos... han sido dos cigarros en más de un mes, más bien eso es todo un logro... no es para tanto... ¿O sí?

Esa noche era la boda de unos amigos de él así que fuimos un rato pero nos fuimos temprano porque estaba lloviendo y además queríamos recuperar el tiempo perdido. Sin embargo mi idea de recuperar el tiempo perdido era distinta a la de él. Fuimos a un hotel y mientras esperábamos en el estacionamiento a que terminaran de limpiar la habitación (para cualquiera que ha ido a un hotel en Caracas a las 2:00am sabe que aparte de hacer cola y esperar media hora -si tiene suerte- a que desocupen una habitación, luego tiene que esperar a que las camareras terminen de cambiar sábanas, limpiar los baños, etc.) me dijo que hoy quería hacerme su exclava. ¿Qué significaba eso?

Cuando nos avisaron que ya podíamos entrar en la habitación Rafa me ordenó quitarme el vestido (seguíamos en el estacionamiento) y le dejó dentro del carro. Yo me quedé sólo con el pequeño hilo que cargaba y mis zapatos con tacones de aguja de 10 centímetros que no pueden faltar con un vestido de fiesta. Me ordenó subir las escaleras delante de él (toda spankee sabe lo que significa subir unas escaleras frente a un spanker... no se pueden conterner). Me ordenó abrir la puerta pero me tardé un poco así que más nalgadas para que me apresurara. Entramos, dejé la cartera, me quité las pulseras y el reloj y me tomó por las orejas, me sacó de la habitación y me dijo que me quedara de rodillas frente a la pared hasta que él me avisara. Yo no sé si les llamó la atención el hecho de que literalmente me sacó de la habitación. Yo escuchaba las voces de las personas de limpieza que caminaban por el pasillo interior el hotel y lo único que me imaginaba era que pudiesen entrar y verme practicamente desnuda arrodillada en un rincón fuera de la habitación.

Cuando me hizo entrar me nalgueó hasta que se cansó, en todas las posiciones que se le ocurrieron, en todas las intensidades y ritmos. En cierta forma estaba tranquila porque ya sabía que se le había olvidado ponerse el cinturón. Me lo dijo cuando llegó a mi casa a buscarme. Mi mamá me dijo que le prestara uno de mi hermano, pero obviamente no soy tan ingénua y no lo iba a hacer. Cuando salimos me dijo: "No me prestaste la correa de tu hermano...". Mi respuesta: "Y juraste que lo iba a hacer..."

Rafa dice que yo cuando hablo tengo siempre un tono malcriado. A veces sí lo tengo.. pero es que yo hablo así por naturaleza. La ironía y el sarcasmo son parte de mi vida diaria y eso a él no le gusta y comienza a decir que ya tengo "esa actitud".

En fin, lo que sucedió después no es necesario que se los describa y tampoco lo pienso hacer.

Al día siguiente tuve la suerte de que Rafa se levantó tardísimo (cuando digo tarde es que se levantó cerca de las 8:00pm). Recuerden que estaba de viaje y casi no durmió y llegó directo a bañarse, vestirse e irse a la boda, a la 1:00 se estaba muriendo de sueño, pero eso no le impidió llevarme al hotel en la noche. En fin... Ni su familia ni yo lo íbamos a despertar porque sabemos que necesita descansar (Rafa es súper workaholic) aunque sabíamos también que se iba a molestar por haber dormido tanto.

Así que el sábado no nos vimos. El domingo fui a su casa en la tarde y en la noche vinimos a mi casa para ver una película. por desgracia en mi casa no había más nadie que él y yo, así que me dijo "Creo que la película puede esperar, hay otros asuntos que debemos resolver". Se me olvidó decirles que Rafa dijo que como la falta era tan grave el castigo se iba a dividir en varias tundas. Pero todavía no me ha dicho cuantas. Me bajó los pantalones a las rodillas y me ordenó ir a buscar una almohada a mi cuarto.. ¿Es sólo a Rafa o es a todos los spankers que les gusta vernos caminar con dificultad con los pantalones a las rodillas?

Al regresar me colocó sobre sus rodillas, me dijo que mordiera la almohada para no gritar y me dió una buena cantidad de nalgadas. Yo no sé si fue porque ya me había pegado el viernes (o sábado en la madrugada) o porque me estaba pegando más fuerte que de costumbre pero el caso es que no aguantaba. Yo no soy de esas spankees que se mueven y se quejan mucho, pero más de una vez me safé de sus brazos y terminaba arrodillada en el suelo pidiéndo clemencia, lo cual molestaba más a Rafa que decía que él no me había dado permiso de moverme y que me quedara quieta, lo que traía como consecuencia golpes más fuertes. Gracias a Dios tuve la fortuna de que a los dos minutos de haber comenzado a usar el cepillo llegó mi mamá...

Eso fue un flash-back a mi época de adolescente donde estaba con mi novio y llegaba mi mamá y rápidamente teníamos que arreglarnos, prender el televisor y fingir que no estaba pasando nada... jajajajaja. ¡Cómo extraño vivir sola! Aunque en ese momento estaba rogando que alguien llegara. "Te salvaste" fue la respuesta de Rafa.

Vimos la película o, mejor dicho, el video. Y aquí hago un espacio de publicidad. Los que han visto a Andrés López, el comediante colombiano que se hizo famoso con "Pelota de Letras", tienen que ver "Me pido la Ventana", no es tan divertido como "Pelota de Letras" pero también es muy bueno. Fin da la publicidad. El caso es que cuando Rafa se estaba yendo a su casa me dijo que mañana (es decir, ayer) seguíamos con el castigo.

Durante el día intenté persuadirlo por messenger de hacer otra cosa... como ir al cine. "¡Qué viva!" me dijo. "quizás mañana, hoy tenemos que resolver un asunto". No hubo nada que lo distrajera de su objetivo. Entonces se burlaba de mí y me decía: "¿Estás asustada? Yo de ti lo estaría". ¿Qué se supone que una pueda hacer con eso? Aumentar la agonía y la ansiedad.

Rafa me pasó buscando tarde y cuando llegamos a su oficina ya eran las 8:00pm (el estacionamiento lo cierran a las 9:00pm) así que me dijo que como no habia mucho tiempo íbamos a empezar de una vez. Cabe destacar que esa hora se me hizo eterna y no sé como dio tiempo para tanto...

Me bajó los pantanlones hasta las rodillas, me colocó sobre sus rodillas y me nalgueó hasta que se cansó, me mandó un rato al rincón, otra vez de vuelta a sus rodillas. Yo no sé qué es peor... si tener las manos sueltas lo que es símbolo de sumisión o que te agarren la mano detrás de la espalda para que no te puedas tapar, cuando me intento tapar mucho rafa me sostiene la mano y ahí si no hay nada que pueda hacer... me siento totalmente indefensa y eso me crea más ansiedad.

Luego me llevó a la otra habitación (la de los correazos) y me hizo recostarme en la mesa. Cuando estábamos en el carro le pregunté que cuál cinturón tenía puesto y no quiso contestarme. Cuando vi que tenía puesto el cinturón marrón respiré... tenía miedo de que hubiese decidido usar el negro ¡ese sí es horrible! Pero eso no significa que el marrón sea un paseo. Me comenzó a pegar pero como al cuarto o quinto correazo la punta de la correa cayó en la parte interna del muslo... ¡Eso sí duele! Rafa no entiende por qué a veces me levanto o me pongo de cuquillas... ¡Porque hay lugares en los que duele demasiado un golpe... como en los muslos, en especial en la parte interna de ellos, o en la cadera. Es decir cualquier lugar que no sean las nalgas. Yo entiendo que él no siempre puede controlar donde va a caer el golpe, pero no se puede molestar si me muevo como respuesta involuntaria al dolor.

El caso es que como me moví, se molestó mucho y me llevó de nuevo a la otra habitación golpeándome nuevamente con la correa pero estando yo parada mientras él me sostenía de un brazo. Así siguió por un rato hasta que se acordó que no tenía mucho tiempo.

Me colocó arrodillada con las manos en la cabeza mientras él chateaba con Elhy, una spankee peruana con la que suelo chatear. Él hablaba con ella y le dijo que me estaba castigando. Elhy preguntó que por qué y él me levantó y me dijo que hablara con ella y le dijera por qué me estaban castigando... por fumar... Luego me hizo arrodillar sobre una silla sin voltear sin saber qué hablaba con Elhy. Él le preguntaba qué opinaba ella de lavarme la boca con jabón por haber dicho groserías. Una vez Caroll, Elhy y yo habíamos hablado del tema porque Caroll dice que eso es exagerado. Cuando me dijo que dependía de Elhy si me lavaba la boca con jabón me alegré. Estaba convencida que ella me iba a defender. Sin embargo, Elhy le contestó que le parecía bien como alternativa a unas nalgadas... No fue la respuesta que yo esperaba...

Rafa me dijo que le dijera a Elhy que me iban a lavar la boca con jabón... pero por algún milagro que aún no entiendo, cuando estábamos en el baño y ya estaba resignada, Rafa se apiadó de mí y me dijo que no lo iba a hacer ese día. Que igual lo iba a hacer, pero que no tenía caramelos con él y que no tenía corazón para lavarme la boca con jabón y no darme un caramelo luego. No lo podía creer... pero me conmovió ese acto de bondad que no ocurre todos los días y le pregunté si lo podía besar. Me dijo que sí. Sé que Rafa me va a lavar la boca con jabón en otra ocasión, pero realmente me encantó su gesto. Aunque esperó hasta le último momento para decirmelo para aumentar mi agonía...

En fin, mi castigo no había terminado todavía. Ahora Rafa tiene la manía de que si me ordena algo y me tardo dos segundos en reaccionar me pega... no entiende que es que no lo quiera hacer sino que no puedo hacer las cosas tan rápido. Por lo menos ayer, me dijo que desconectara una extensión porque iba a conectar su computadora en la otra habitación. Pero yo no la veía porque el final de la extensión estaba sobre la mesa y yo estaba debajo de ella. Entonces le dije que ahí no había ninguna extensión, y se molestó, me sacó de debajo de la mesa, me colocó otra vez sobre sus rodillas y me dio varias nalgadas muy fuertes. Cuando me soltó vi la extensión... pero yo no soy adivina y no puedo ver lo que él está viendo!!!

Luego conectó su laptop en la otra habitación pero antes de hacerlo, se le ocurrió la brillante idea de pegarme con el cable de la extensión. Yo inmediatamente me alarmé y él me dijo que era una sóla vez para probar. ¿Una sóla vez? Me pegó con el cable unas siete u ocho veces; y cuando le recriminé que había dicho una sola me dijo que luego había decidido que iba a dar más "¿Hay algún problema?" preguntó. ¿Qué se puede contestar en esos casos?

Mientras hacía unas cosas en la computadora, me ordenó limpiar el inodoro del baño. Ahí estaban los productos de limpieza y, a pesar de que estaba limpia, yo la tenía que limpiar otra vez. Cuando terminé, revisó como había quedado y me ordenó colocarme nuevamente inclinada sobre la mesa para los últimos seis correazos para que quedara claro que jamás debía desobeder una orden. La verdad a mí ya me dolía demasiado y él lo sabía, así que después de la quinta me levantó y me abrazó. Sólo me dijo:"Es hora de darle las gracias a tu spanker"...

Mi castigo no ha terminado. Luego Rafa me dijo que no usó el cepillo porque le dio lástima. Cuando terminó el castigo me sentí mal... porque en serio no aguantaba más el dolor... sentía que Rafa me había pegado más fuerte que nunca, pero realmente el castigo que me dio no fue ni la cuarta parte de lo que suele hacer porque cuando me monté en el carro, me podía sentar. Y no me quedaron morados ni marcas notorias. Entonces regreso a la pregunta del principio. ¿Será que me estoy haciendo más sensible? Rafa dice que le parece bien porque así logra el mismo efecto con menor esfuerzo. ¿Por qué estoy más sensible al dolor ahora? ¿Hay alguna spankee a la que le haya pasado? La verdad es que me preocupa porque soy tan mazoquista que me encanta el no poder sentarme bien por uno o dos días después de la tunda...

lunes, 17 de diciembre de 2007

Rebeldia...

Recuerdo que en el tiempo en que Ender y yo no eramos nada, que si acaso nos veíamos por las tardes en el gimnasio, jamás le importó demasiado en qué distribuía mi tiempo.
Me imagino que se está dando cuenta que ya el tiempo no me rinde como antes, que pasaba la tardes en el gym sin hacer nada, ni entrenar...
Cada tanto me regañaba por ir al gimnasio y no hacer nada, cuando antes era maniática del ejercicio; eso tiene explicación.
El antes que él llama fue hace cinco años cuando yo tenía 16 y sólo pensaba en "pajaritos preñados" como les dicen acá. A esa edad yo iba al gym solo porque él daba unas espectaculares clases de Tae Bo. Clases que no solo me servían como ejercicio corporal sino también "visual" jeje.

Ahora él quiere que vuelva a eso. Porque dice que con 21 años no pude haberle perdido el interés, cosa que no es cierto, pero a diferencia de ahora antes no iba sola y él ya no da sus clases...
Ahora con unos añitos más y como se ve engordando (gracias a mi total falta de atención culinaria) y sin entrenar, pretende arrastrarme todas las tardes a la vereda del lago.

No hay nada mas horrible en este planeta que el calor que hace acá en Maracaibo. Por muy bello que esté el paisaje, acá hace un calor insoportable las 24 horas. Como yo siempre me niego y prefiero hacer otras cosas, se molesta y dice que yo no lo ayudo, que lo prefiero gordo, y que así él no se siente bien. (Cosa que sólo lo dice de la boca hacia afuera, porque él tampoco pone de su parte).

Para nadie es un secreto por acá que él ya no tiene la figura que poseía antes, pero está exacto a como lo vi yo por primera vez hace cinco años un 17 de febrero... (donde me dejó prendada :D). solo que se estresa por unos kilitos de mas.
Y la primera bomba de tiempo estalló gracias a este tema fue el miércoles pasado...

Yo les conté que me la había jurado por haberme perdido dos horas y rebelarme en una conversación. Ese fue el tema, el quería trotar y yo no.
Así que ese día después de trabajar me fui a casa de mi hermano y me quede conversando todo ese tiempo.

Para cuando me di cuenta era tarde y me aparecí en casa de la suegra como a las 6:30pm. Ya no daba tiempo de trotar porque era a esa hora que debíamos comenzar. Él estaba de un humor de perros, porque yo desde las 2:00pm no aparecía y de paso no quise besarlo por su facha de mecánico.

En el viaje de regreso a casa no me dirigió la palabra en absoluto. al llegar me dijo: "No te tardes" alusivo a que yo acababa de entrar al baño haciéndome la loca.
A salir, hice como si nada y me metí en la cama como rayo, el me dijo "Ven acá porque no tienes permiso de dormir todavía. No creas que lo he olvidado, estás demasiado malcriada, y esta es la única manera de que entiendas que debes comportarte, y respetarme por sobre todo!"

Terminado semenjante discurso, me tomó del brazo y me volteó, ya tenía puestas las almohadas en su lugar, sólo faltaba yo encima de ellas, De inmediato comenzó con las nalgadas preliminares, fueron unas cuantas, pero no se aguantó y comenzó con el cepillo. Dijo: "Aprenderás a respetarme, a obedecerme, hoy no seré condescendiente contigo, te amo, pero tienes que aprender, y si esta es la única manera, así será... ¡Y sin gritar! Si te escucho gritar te daré más fuerte, esto te lo mereces, por contestona, por malcriada, a la nenas malcriadas hay que tratarlas así. Y tu aprenderás, de una vez por todas!".

Yo después que escuché todo eso supe que, o me quedaba tranquilita, o me quedaba tranquilita. de otra manera me iba a ir mucho peor.

No fue fácil, pero sobreviví al cepillo, para cuando sentí el primer correazo comencé a llorar, a pedir perdón y prometer cuanta cosa a una se le pase por la mente a esas alturas.
Él sólo decía que estaba bien, pero que no se arriesgaría más, y que dejaría la malcriadez atras...

Con cada instrumento se demoró como 15 minutos... OK! eran 4 a 15 minutos cada uno en total sería una hora, mas el preámbulo de las nalgadas.
Golpes iban y venían y yo con el terror de no dejar escapar grito alguno, no quería agregar una nalgada más. Tenía más que suficiente con lo que estaba usando, la goma y el fuete se me hicieron insoportables, igual no pude, y me venció, doblegó mi orgullo, y me hizo gritar de una manera tal que el creyó haberse pasado de la raya, me abrazó, me besó, me dijo al oído: "Mami, no grites, no quiero tener que prolongarlo demasiado. Te dije que no podías gritar, te portaste demasiado mal. Y no puedes gritar ya por esto tendré que darte tres más. No te diré otra vez. Haz Caso"

Después de eso siguió como dos minutos mas, y me dijo: "estos son los extras!"
LOS MAS FUERTES!...

A veces me asombra la fuerza que demuestra algunas veces...
Cuando terminó dejó todo a un lado de la cama, y me abrazó...
Yo temblaba a morir... Él me calmó, me acarició... me besó...
N pude tranquilizarme sino hasta minutos más tardes...

Y para cuando me había quedado dormida, ya me había perdonado... :D
(aunque sigo odiando el trote).

martes, 11 de diciembre de 2007

Tentando el peligro..

¿Por qué será que cada cierto tiempo (el que llevamos portandonos bien) tentamos el peligro?, con lo mas mínimo, así sea una mínima palabra, un gesto, un movimiento...
En fin todo lo que las lindas Spankees hacemos por provocar la situación..

Por ejemplo, yo sigo odiando el bulto de tuercas y aceite ese llamado "carro", y hoy (finalmente) Ender se dignó a arreglarle la corneta derecha del equipo, ya que la última vez que lo chocó no se la arreglaron bien, yo no lo vi en acción, dándoselas de mecánico, pero, cuando lo vi, por ahí como las 5.30pm (hora nueva) ten;ia grasa hasta en las medias!!

La verdad es que la parte de mi infancia que yo jamas superé fue la de ensuciarme, y por orden natural cuando llego después de haberme perdido (lease bien: dos horas durante la tarde) debo llegar lo mas sumisa posible. Nunca lo he despreciado pero cuando lo vi tenía manchas de grasa incluso cerca de la boca.. a mí me causo gracia, pero mi metida de pata fue no llegar y saludarlo con un beso...

No me quitaba nada (es cierto) pero no quería que me abrazara así como andaba. sobre todo cuando yo sólo visto de blanco el 80% del tiempo. No por desprecio, sino porque tenía grasa hasta en el pelo que no tiene!, él no le prestó atención, notó que yo ni loca lo toco así.

El asunto fue que yo me había estacionado en todo el frente y el no podía sacar su carro, cuando le di la espalda porque me dijo que fuera a mover la camioneta para el salir me solto una nalgada tan dolorosa como sonora, y mi cuñada que estaba cerca le dijo: "que barbaridad.. ya no se sienta más en toda la tarde!" (cosa que a él le causó gracia ya que hasta donde sabemos nosotros ella no sabe de este mundo..) y le respondiò: "Vamos a ver".

Igual me manchó la ropa pero ¿qué se le va hacer?. Yo lo miró con todo lo despreciable que pude ser, pero eso empeoró las cosas.. lo que logré fue enojarlo. Lo que hizo que se me pararan los pelitos fue lo que me dijo despues:

"A la noche, en casa, Le hago caso a mi hermana..." :s GLUP!!

Él está esperandome pero mi resistencia mortal hace que no me vaya.. :S No quiero ni pensar lo que me puede esperar.. aunque cada minuto que pasa estoy segura que debe aumentar la falta..

Un beso... Caroll..

viernes, 7 de diciembre de 2007

Simple Machismo

¿Por qué será que los hombres no soportan que los demás miren lo que ellos poseen si al fin de cuentas estan mirando lo que es de él?

Por ejemplo, mi ultimo castigo, no se dió por mera malcriadez mía.
Desde el 1 de diciembre, Ender está de vacaciones, y como no tiene nada más que hacer pasa la mayor parte del día conmigo en mi oficina, y estos días se ha dado cuenta que por donde mire sólo hay hombres a mi alrededor.

Él ya sospechaba, y por eso me prohibió ir en conjunto de lycra a trabajar. Allá es muy flexible con eso de la ropa. Yo puedo ir como quiera ir, por eso él prohibió la faldas, tacones,y monos (cotton lycra). Dice que eso sólo es para salir con él.

Yo no le veo la diferencia, ya que, mi jefe, y mi subalterno más directo son mis primos, los demás son gente conocida desde hace muchos años.

Igual y casi siempre le obedezco, como él me lleva al trabajo sabe como visto siempre, pero resulta que, desde hace cuatro días, él ha venido castigándome a diario por faltas acumuladas desde la semana pasada, y cuando llegó la mañana de ayer no podia ni subirme el pantalón. El el miércoles me había dado un correazo vertical en una pierna, gracias a un movimiento mío, no pude evitar moverme para esquivar el correazo y me cayo así.

Cuando intenté subir el jean al día siquiente, se me atoró justo donde habia caído mas duro el golpe, casi me siento a llorar cuando me lastimé, con el mismo aventón que lo subó, lo bajé y decidí que, aunque me costaran varias nalgadas a la noche, me iba a ir de mono al trabajo! total ¿Qué es una raya mas para un tigre?.

Pude salir de casa sin que me viera, porque estaba dormido, y no me vió hasta medio día.
En cuanto me vio, a sus ojos volvió el fuego característico de cuando está enojado, yo sólo supe bajar la cabeza y tragar grueso, ya que yo no salía del trabajo hasta las 4:oopm.

Al entrar a la oficina la cerró con llave, me tomó de un brazo y me empujó contra el escritorio, la oficina tiene vidrios ahumados, nadie afuera puede ver lo que se hace adentro, y ahí como me tenía, aprisionada contra el escritorio comenzó a azotarme, dándome cada nalgada con cuatro segundos de tiempo entre una y otra.

En ese momento me dió 15 golpes espaciados, ya de verás que me dolía mucho, porque me había castigado fuerte el día anterior. No me atreví a discutir absolutamente nada, ni mucho menos quejarme, alguen afuera podía oirnos, aunque a él no le hubiera molestado que me escucharan rogar!.

Eso lo repitio un total de ocho veces, en cuanto nos dejaban solos en la oficina, y cada media hora, me hacia levantar y me daba quince nalgadas más, sin mediar palabra, ni mirada.

Cuando llegó la hora de salir yo ya no podía ni siquiera sobar mi trasero, las nalgadas habían sido sobre la ropa, pero por ser cotto-lycra, era como estar desnuda. y por ningún motivo podía dejar caer una lágrima, eso sólo puedo hacerlo en casa.

Él no aguantó la presión de mi trabajo y se fue, tenía que hacer unas cosas y como yo tenía carro prefiró dejarme ir sola, (cosa buena para mí, porque no podía concentrarme, con su mirada fija en mí) en fin, salí antes de lo pensado y él estaba atascado el el autobanco. Cuando me preguntó que a donde iría despues de salir, yo le dije que a la casa.

Pero al pasar por el Ciber-cafe, preferí entrar a quedarme sola en casa aburrida como ostra, mi error fue no avisarle que quería quedarme ahí en vez de estar en casa, y resulta que la regla más importante es que yo por nada del mundo puedo estar fuera cuando cae el sol, después de las 6:30pm yo no puedo salir a la calle. Él no me había avisado que estaba cerca de casa cuando yo le dije que estaba en el café, y el señor se me apareció como por arte de magia en la mesa.

No me miró, sólo dijo: "Carol, nos vamos!" y yo me levanté como si me hubiera levantado de las orejas, porque cuando llegó miré mi reloj e inmediatamente capté que de una pela no me salvaba!. Eran las 7:40pm.

Cuando llegamos a la casa, no sin antes darme 5 nalgadas por el camino, me ordenó desvestirme de cintura para abajo (recuerden que seguía con el mono de lycra!).

Yo como cosa común, comencé con toda la artilleria que tenía, le dije que por favor lo dejara pasar por esta vez que era sólo la primera, que no volvería a pasar y un sin fin de excusas para que no me castigara más.

Él me había pegado el día anterior por haberle gritado en un momento de rabia que se me salió de las manos y había pasado todo el día dándome 15 nalgadas cada media hora por haberlo desobedecido deliberadamente.

Le dije que lo dejara para otro día, que acumulara si quería, pero que no me castigara ya, todo menos eso. Él hizo caso omiso a mi voz, incluso me dijo que si volvía a decir algo iba a aumentar la cantidad de azotes. Y yo de plano cerre la boca!.

Me dijo:"¿Como es posible que me hayas desobedecido de esta manera?, Ir vestida de esa manera al trabajo es una provocacion para todos esos hombres que trabajan contigo, Hoy comprenderás que no te mandas sola, entenderás que quien manda acá soy yo, y tu obedecerás!, no te quedarán más ganas de retarme así," "Serán, 20 con la correa, 15 con el fuete, y 15 con la Goma, y si dices algo o metes las manos, aumentas cinco con cada una!, ya sabes".
Uff, con una amenaza como esa, ni el más guapo se atreve a objetar!

Cuando comenzó, no sabía lo que me esperaba, aunque muy a la fuerza y mordiendo la almohada tanto como pude, ni me moví, ni dije nada en ningín correazo, y miren que dolieron mucho!.
para cuando comenzo con el fuete no pude evitar moverme, con cada golpe que sentía, se me escapaba entre el llanto, un gritito ahogado, a lo que el respondía con un siguiente golpe más fuerte, y ya para cuando la goma hizo aparición yo no tenía fuerzas de nada, ni siquiera de gritar.
Él notó que yo estaba quieta sin necesidad de la Goma, a lo que me dijo: "Así me gusta, nena. tranquilita, porque no he terminado, y sabes que es por tu bien, odio cuando no eres obediente, me gustas más así, chiquita, tranquila,..." en ese momento por tre segundos se calló y me dijo pasito al oido: "Recuerda que te amo" y con una fuerza que yo no creí sentir nunca, me dio el primer golpe de la Goma, golpe que me dio, exactamente justo donde las nalgas se unen con la pierna, y cuando yo creí no tener mas fuerzas para resistir, comencé a moverme para tratar de esquivar el siguiente golpe. nada más alejado de la realidad. Ender colocó una pierna debajo de mi vientre y otra encima de mis rodillas. Me tenía totalmente controlada y así en esa posición descargo los otros 14 golpes más, muy similares al primero.

Mi llanto traspasaba las paredes, y cuando creí que todo había acabado y venían los cariños, (nada mas lejos de la realidad) sentí una nalgada fuerte donde cayó el primer golpe de Goma, y no pararon hasta contar 12.

Él me dijo al oido: "Si sigues llorando así, y no bajas la voz, seguiré, recuerda que te dije que podía seguir, si decias algo", uff. de plano solo emití un ahogado: "Sí, Señor".

Me ordenó mirar a la pared, y apagó la luz, al cabo de muy poco tiempo me quedé dormida de tanto llorar, y a las 12:00am más o menos me despertó con una crema que guarda en la nevera, (una que la recomiendo abiertamente, la nivea de latica, la que va en la nevera es espectacular!) eso se sintió súper bien, incluso me estaba diciendo al oido lo linda que me veía "tan obediente, y sumisa".

Para muchos será raro lo que me dijo en ese momento "obediente y sumisa", lo que pasa es que toda la vida, incluso con mis papás, fui muy rebelde, era lo que yo decía y queria, y punto final. ah! y por encima de todo, y todos. hasta que lo conoci a él.
¿Adivinen quien me obligó por primera vez, a comer vegetales?!.

Hoy veamos que pasa, miren la hora que es y yo sólo tenía permiso hasta las 6:30pm. aunque a diferencia de ayer, hoy sabe donde estoy.
Aunque no se le pasa ninguna, ni siquiera por casualidad.
Espero, hoy no sea tan drástico, no aguanto una nalgada más...

Un Beso... Caroll

La injusticia

Antes que nada quiero felicitar a Caroll por su iniciativa de querer participar. Ya anteriormente contestando a comentarios había hecho la invitación a cualquier venezolano que quisiera participar en el blog a que me enviara un correo a alespankee@hotmail.com y yo le enviaba la invitación para que fuese colaborador en el blog así como lo hizo Caroll. De igual forma abro la invitación a aquellos que quieran hablar con nosotros a agregarnos al messenger e intercambiar experiencias, opiniones y ¿por qué no? ideas nuevas sobre el tema.

Como dije en ese comentario este blog lo iniciamos Rafa y yo, pero no se llama spanking de Rafa y Ale, se llama Spanking en Venezuela y me gustaría que las personas que deseen participar lo hagan siempre y cuando usen un lenguaje apropiado y sigan la línea del blog. Discúlpenme los otros spankos de otras nacionalidades por no incluirlos. Por los momentos quiero mantener el blog como parte de Venezuela y definir las tendencias aquí en el país; pero igual están invitados a participar con sus comentarios y a agregarme y chatear con nosotros.

Bueno, ahora que hice la invitación oficial les tengo que contar que ya llevo tres semanas sin siquiera tocar un cigarro. ¿Será por sumisión o por miedo a lo que me pueda pasar si Rafa me descubre fumando? No lo sé, aunque la verdad es que lo quería dejar y el hecho de que Rafa me lo prohibiera fue la excusa que estaba espera para hacerlo.

Rafa se ha puesto mucho más estricto ahora que somos novios y ya no me pasa ninguna falta. A veces hasta exagera. Ya les había comentado que tengo la regla de no decir malas palabras y que por cada tres groserías me dan una tunda y si llego a nueve me lavan la boca con jabón. No me ha ido tan mal. Esa regla se colocó hace mes y medio y hasta ahora sólo me han lavado la boca con jabón una sola vez.

En fin, el caso es que Rafa me acaba de decir que he llegado a seis groserías, así que ya se imaginarán lo que significa. Pero no es justo porque técnicamente no dije groserías. Lo que pasó es que ayer estábamos chateando con Caroll y escribí dos. Les puedo asegurar que ambas fueron totalmente justificadas dentro de la oración y el contexto pero a Rafa no le importó. Esas fueron las groserías cuatro y cinco. Pero el colmo es la grosería que me va a ganar una buena tunda, donde seguramente va a usar el cepillo de madera... En mi nick tenía una frase textual del Presidente de la República en la que había una mala palabra. La cita decía: "el ser humano está hecho de sangre... y mier..." No termino la palabra para que Rafa no decida contármela como la séptima. En fin, me parece totalmente injusto porque ni siquiera fui yo la que lo dijo, estaba citando a Hugo Chávez. Pero a él no le importó y ya me recordó lo que me espera.

Antes solía pasarme algunas porque tenían sentido en la oración pero ahora no se le pasa ni una sola y la pregunta es ¿Qué cambió? ¿Que ahora soy su novia? Eso no me parece una razón válida para que sea más estricto conmigo, al contrario, debería ser más cariñoso y entenderme más. En fin... Esperaré que no sea muy severo conmigo, aunque si ustedes me apoyan, quizás decida perdonarmela y hacerle entrar en razón de que está siendo injusto.

OJO: Yo generalmente acepto mis castigos cuando me los merezco, pero esta es la primera vez en los cinco meses que llevo conociendo a Rafa que siento que me va a castigar injustamente. Y aprovecho para que también me apoyen para que Rafa decida terminar su historia, que ya ha pasado más de un mes y no la ha terminado.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

La Presentacion

Bueno, alguien por ahí me convenció de que debía presentarme oficialmente. No es que sea grosera o antipática, sólo que "el primer contacto" que llaman no se me da mucho.

Mi nombre es Caroll, no es mi nombre exactamente pero todos me llaman así, tengo 21 años soy casada, con un spanker por cierto, estudio 5to semestre de contaduría pública, y me encantan los animales :D. Es mi rasgo más característico.

¿A qué edad me di cuenta que soy spankee? Eso ni yo lo sé. Sólo sé que cuando era más niña soñaba con que llegaba la terrible maestra a castigarnos a todos con su regla macabra..

Mis papás... o mejor dicho mi mamá si alguna vez me nalgueó fue en extremo raro. Siempre fui obediente y "sumisa" con mi mamá. Mi papá estaba más por consentirme que otra cosa, en fin siempre fui obediente con quien me convenía.

Incluso lo soy ahora después de casada que descubrí a mi esposo todo un spanker..
de mal carácter por cierto. Bastante gruñón jaja.

Bueno, espero algún día quiera entrar acá y hacer comentarios.
y espero que uds. lean lo que escribo y les guste. Estoy y estamos para intercambiar material jaja .

Saludos, se les quiere..

Caroll..

Un saco de tuercas llamado AUTO!

Para los que no me conocen mi nombre es Caroll.

Hoy comienzo mi primer relato con una pregunta:

Quisiera que por favor un voluntario spanker me explicara ¿Que sienten cuando su spankee y/o pareja les pide prestado su automóvil? ¿Podría un voluntario responderme?
el porqué de mi pregunta se los explico acá:

El día lunes 30 de julio del año en curso culminante, mi esposo muy a regañadientes y después de un mes de laaarga insistencia mía por fin se digna a prestarme su carro, con la excusa de ir a retirar el pasaporte a la plaza de toros de acá de Maracaibo (zona bastante ajetreada) ya que si no iba ese preciso día iban a quemarlo (supuestamente) en fin lo engañé. El accedió a prestarme su carro con la condición de que no VOLARA como dice él.

Siempre esta diciéndome que el único carro que me sienta bien es el del loco doctor de "viaje al futuro", ese que dobla los cauchos y vuela por encima de todos los demás a una velocidad extrema... je je je acá en este tráfico de infierno no me caería mal uno de esos. En fin esa era la condición. Yo acepté de inmediato porque quería el carro por encima de todo. Al salir del estacionamiento con un amigo iba a 10 Kph. mientras él tuviera alcance de vista, y 10 metros más adelante cometí mi primera "maracuchada" (CRASSO ERROR) me le adelanté un carro y le robé su pueto en el semáforo justo antes de que la luz verde encendiera y ¿Qué creen? acá ésto es muy común: el muy atrevido me tiró literalmente el carro para chocarme. Yo por mero susto lo esquivé para evitar el golpe del lado izquierdo y me llevé la acera del lado derecho!! SÓLO A DOS CUADRAS DE DONDE ME HABIAN PRESTADO EL CARRO!!!

Total, no pensé que fuese mucho, ¡Por Dios sólo era una acera de una cuarta de alto! no debía ser para tanto. No le dí importancia al asunto y fui a buscar mi pasaporte. Al llegar después de una interminable cola me dijeron que no podían entregarmelo ese día. Regresé y la cara de mi amigo no era normal... sólo escuche que me dijo: "¡¡¡Caroll te van a matar!!!" yo inmediatamente fui a ver mi desastre y al mirar los cauchos... casi me desmayo!

No me subí en la acera, sino que raye los 2 rines del lado derecho del carro. No estaban destruidos.. el que más sufrió tenía dos dedos de rayón a lo largo de la orilla, al regresarle el carro lo inspeccionó cual detective de película, sólo le faltaba la lupa.

En cuanto me paré en el estacionamiento vio los rines y sólo me dirigió la mirada para decirme:
"Ni Mandrake el mago te salva a la noche!". Sus ojos tenían un fuego vivo, que hasta hoy me asombran. Cuando ese día llegó a la casa yo quise dármelas de víctima. Tenía puesta un pijama de pantalón grueso y le dije que no quería ni hablar y que apagara temprano la tv porque me dolía mucho la cabeza :p (la víctima sufrida yo)

Se cambió de ropa sin hablar y encendió la luz, busco la goma y soltó el primer golpe, yo para hacer más real la mentira me había acostado boca abajo. Él sabe perfecto que así es como concilio el sueño, con sólo el primer golpe di un brinco en la cama y me halo de un brazo, hizo su famosa llave para que yo no pudiera moverme ni un centímetro y me pegó tantas veces que al día siguiente no pude ir a trabajar.

No sé porqué pero en ese momento con el primer brinco mire el reloj, eran exactamente las 9.30pm. Desde ahí me hizo contar los golpes sin perder la cuenta, (gracias a Dios y a la Chinita no me hizo dar las gracias) yo solo tuve fuerzas para contar hasta 20 golpes. Cuando vio que dejé de contar, que mis sollozos eran más fuertes y me ahogaban, paró. No sin antes dar como cinco minutos más de golpes después que conté 20.

La goma estaba tan caliente que se doblaba con facilidad (cosa difícil). Yo no dejaba de llorar incluso 20 minutos después que terminó el castigo.

Hoy en día, 5 de diciembre haciendo reflexión a tres meses y un poquito, me preguntó si valió la pena semejante castigo, yo pasé casi un mes sin poder dormir siquiera de lado, porque todo mi trasero era un arco iris, no podía sentarme y mucho menos usar jeans en ese tiempo. Él solo reía al ver las caras que ponía cuando tenia que sentarme o acostarme.

Hasta el sol de hoy no me presta el carro y siempre me echa en cara que yo no lo cuido y por eso no me lo da, yo defendiéndome diciendo que no fue culpa mía (cosa que es mentira porque si no le hubiera robado el puesto

martes, 13 de noviembre de 2007

¿Spankee o sumisa?

Me había convencido de no escribir ni una sola palabra hasta que Rafa terminara su relato, pero ya ha pasado casi un mes y no termina de escribir. Él dice que está muy ocupadado, quizás yo le he quitado mucho tiempo, el caso es que mientras más tiempo pasa los detalles se van borrando y se puede terminar confundiendo experiencias. Seguiremos esperando a ver si algún día Rafa decide terminar de escribir la historia de su regalo de cumpleaños.

Les cuento que Rafa y yo somos novios oficialmente... sea lo que signifique esa expresión. Desde el 22 de octubre (o quizás el 23 en la madrugada, no estoy segura). No es que me queje, pero tengo que hacer una acotación y una advertencia a todas las spankees que quieran iniciar una relación con un spanker. ¡Tengan Cuidado!

Como ya les he dicho yo tuve suerte de encontrar a Rafa porque él entiende el spanking igual que yo; y también he dicho que yo tengo algo de sumisa y Rafa algo de dom... Pero desde que decidimos formalizar la "relación"; es decir, presentarnos ante el mundo como novios, Rafa ha optado por poner a prueba mi sumisión hacia él. No es que me moleste, pero no todo el mundo es igual y la línea que divide el spanking, con el intercambio de poder y el sado es muy delgada. Ni a Rafa ni a mí nos gusta el sado, pero últimamente me he dado cuenta de que me encanta cederle todo el poder a Rafa y a él le encanta tenerlo y hacer uso de él.

No es nada grave... sigo órdenes, unas más fáciles que las otras. Acostarme a una hora específica vestir de tal o cual manera en alguna situación no es nada que me moleste; pero la última orden de Rafa fue dejar de fumar. Es una orden dificil de obedecer, aunque lo he hecho hasta ahora.

Cuando Rafa y yo nos conocimos él me aseguró que no me iba a prohibir que dejara de fumar a menos que yo quisiera; y le recordé sus palabras cuando me dio la orden. "Antes no eras mi novia"... ¿Eso qué quiere decir? Siempre supe que Rafa tenía algo de machista pero no es hasta ahora que descubro cuán machista puede llegar a ser. Verme arreglar cosas u ordenarme a lavar los platos lo excita muchísimo. "Ese es el lugar de una mujer" dice él.

Comienzo a preguntarme hasta qué punto sería capaz de entregarme y obedecer. Rafa no me ordenaría nada que fuese en contra de mis principios o mis valores, pero me he dado cuenta de que sería capaz de hacer cualquier cosa que él me ordenara. La pregunta es ¿Hasta donde es capaz de llegar mi sumisión? Llevo sólo tres días sin fumar... ¿Seré lo suficientemente sumisa como para dejarlo por completo sólo porque él me lo ordenó? Ya veremos qué tan sumisa soy....

martes, 16 de octubre de 2007

Y afloraron las lágrimas...


Les escribo sentada de lado porque acabo de recibir la peor paliza que Rafa me ha dado hasta ahora y aunque sé que voy a estar al menos dos días sin sentarme bien y que las marcas van a tardar mucho más en desaparecer, también sé que nunca me he merecido más una buena tunda. Sin embargo, la razón de esta entrada es para contarles que por primera vez lloré durante un castigo... No voy a decir que no me costó apartar el orgullo pero no pude aguantar el llanto y terminé llorando como una niña chiquita.

Una de las primeras reglas que Rafa me puso fue el que debía manejar siempre prudentemente. Debo confesar que me encanta la velocidad y, para mí, la adrenalina que siento cuando voy corriendo en el carro es similar a la que siento justo antes de ser azotada... así que se pueden imaginar que a la menor oportunidad termino pasando, por mucho, el límite legal. Antes solía picar (hacer carreras) con otros carros pero después de haber tenido dos accidentes serios en los cuales los dos carros han quedado destrozados -aunque salí ilesa de ambos- ya no lo hago; sin embargo en esos dos accidentes nunca iba picando.

El caso es que el fin de semana me fui a la playa y, aunque Rafa ya me había advertido que debía tener cuidado y que no debía correr, sin darme cuenta (y juro que no me di cuenta) la aguja llegó a marcar 170 km/h. Pude haber ido a mucha más velocidad, pero había prometido ir a una velocidad prudencial y, a pesar de que ir por la autopista regional del centro prácticamente vacía es un llamado a pisar a fondo el acelerador, debía mantenerme dentro del límite establecido... quizás un poco más pero hasta ahí. Lamentablemente para mi trasero, mi hermanito no se puede quedar callado y le fue con el chisme a Rafa. Obviamente la "arrechera" (léase cólera) de Rafa no se hizo esperar y me aseguró que me había ganado: “una paliza que vas a recordar por siempre” según sus palabras… y lo decía en serio.

Mientras estuve en la playa, que fue desde el jueves hasta el domingo, tuve que acostarme antes de las 12:00am como parte del castigo. Un día decidí no ir a la playa y quedarme sola en la casa. Rafa me llamó y me ordenó buscar una cuchara de madera, bajarme los pantalones y la ropa interior y darme 40 azotes en las nalgas con todas mis fuerzas mientras las contaba. Luego me ordenó escribir 100 veces “No debo manejar a alta velocidad”. Eso fue sólo el inicio… Obviamente, de regreso no se me ocurrió desobedecerlo y, sin haber recibido la paliza que me había prometido, ya estaba arrepentida. Llegué el domingo y me pasó buscando no sin antes ordenarme que llevara el cepillo de madera. Fuimos a comer y de regreso se paró en una calle oscura y me castigó. A pesar de estar en el carro y que es incómodo de por sí me castigó tan severamente que tuvo que colocar mis brazos bajo sus piernas para evitar que me tapara con las manos y me moviera mucho. Ese castigo fue más por malcriada que por correr pero también había algo de reproche en sus azotes.

Hoy (o mejor dicho ayer) sí me tocaba el castigo, o parte del castigo ya que decidió que por ser tan grave la falta van a ser varios castigos. Todo aquél que ha recibido dos o más palizas en días seguidos sabe que es horrible porque las nalgas ya están adoloridas de la paliza del día anterior. De hecho ya se me habían formado unos morados en las nalgas por la tunda del domingo y me dolían mucho así que intenté pedir clemencia pero fue inútil. Me pasó buscando y nos fuimos a su oficina.

Generalmente cuando entramos a la oficina hablamos un rato de cualquier tema antes de pasar al regaño y las típicas nalgadas sobre la ropa. No obstante esta vez me ordenó quitarme el pantalón inmediatamente y me hizo arrodillarme frente a él mientras me regañaba por mi irresponsabilidad y falta de juicio. Me ordenó colocarme sobre sus rodillas y me dio una buena cantidad de nalgadas bastante fuertes. Generalmente logro mantenerme en la posición durante todo el tiempo y no intento taparme con las manos salvo unas cuantas veces. Pero como ya mi piel estaba sensible de la paliza del día anterior. Me quejé bastante y me moví mucho más, lo cual no le agradó a Rafa y buscó el cepillo en mi cartera mientras me dejaba arrodillada en el suelo con las manos en la cabeza.


Yo le rogué que no me pegara con el cepillo pero él no escuchó mis súplicas. En serio odio el cepillo… Otras spankees dicen que prefieren el cepillo al cinturón pero yo no. No es que me guste la correa pero la prefiero al cepillo, no sé por qué pero el dolor que me provoca la madera es insoportable. Además, la intensidad y la rapidez con la que Rafa usa el cepillo hacen que me arda más. Rafa dice que jamás ha usado toda su fuerza al pegarme… que nunca lo haría pero yo podría jurar que más de una vez lo ha hecho, y si no es así prefiero no probarlo.

Me colocó en cuatro (de perrito) y me dio los primeros golpes con el cepillo pero como me movía demasiado terminó sentado en el piso conmigo sobre sus rodillas y luego yo totalmente acostada sobre el piso. Tanto me moví, grité y pataleé que Rafa se molestó y pasó a la correa. Él dice que, al parecer, yo sólo entiendo con ella. Yo le digo que no es cierto, y en más en este caso. Estaba arrepentida de haber manejado a esa velocidad desde mucho antes de que me castigara. Al rato me envió de rodillas al rincón mientras leía la tarea que me había ordenado hacer.

La tarea consistía en escribir en una hoja cinco razones por las cuales no debo correr. Realmente la hice 10 minutos antes de que Rafa llegara a buscarme y no pensé mucho así que escribí:

1. Puedo perder el control del vehículo.
2. Puedo atropellar a alguien que esté cruzando la calle.
3. Puedo chocar con otro carro.
4. Puedo salir herida o muerta así como cualquier persona que esté alrededor.
5. Es ilegal.

Y aquí es donde comienza la historia de cómo lloré. Rafa había colocado la hoja sobre la mesa y me ordenó colocarme con los brazos apoyados sobre la mesa mirando a la hoja de papel con la espalda arqueada y mis nalgas expuestas. Colocó encima de la mesa el cepillo y la correa y me preguntó cual prefería… obviamente le contesté que ninguna. Así que decidió usar las dos más su pesada mano.

Me hizo leer cada una de las reglas dándome un azote por cada palabra. Cuando decía más de dos palabras seguidas o la decía antes de que me lo ordenara volvía a comenzar. Además intercambiaba los instrumentos varias veces y me hacía repetir las frases hasta que estaba convencido de que las había entendido bien. Estuve más de media hora leyendo y escuchando sus regaños… jamás me había hablado tan fuerte ni había sido tan severo. No sé si fue porque me hizo dar cuenta de que fui muy irresponsable y todo lo que pudo haber pasado, los azotes tan fuertes que me daba, la vergüenza que me daba estar casi desnuda, la presión de leer pausadamente cada palabra o la forma en que me regañaba, o quizás el conjunto de todas las anteriores pero después de la segunda vez que repetí la primera razón para no correr las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Al principio intenté contenerlas pera luego no pude resistirme más y me sentía tan mal por haber manejado como lo hice que no pude evitar desmoronarme.

La descarga emocional que sentí fue increíble. Me encantó el desahogo que logré a través de mis lágrimas y la combinación con la vergüenza que sentía por el hecho de que Rafa me viese llorando fue inigualable. No creo que sea una experiencia que se repita a menudo, pero sin duda alguna ya Rafa descubrió cómo quebrar mi orgullo y mis defensas y seguramente no será la última vez que lo logre.

No sé qué pasaba por la mente de Rafa cuando me veía llorando, aunque casi todo el tiempo tuve la cabeza baja para que no me viera; sin embargo no pareció conmoverse con mis lágrimas y me azotó hasta que estuvo convencido de que había aprendido mi lección. Luego me levantó, me sentó sobre sus rodillas, me abrazó y me besó recordándome que todo lo hace por mi bien y porque me quiere mientras secaba mis lágrimas.

Es tardísimo y no me di cuenta de la hora. Tenía permiso de quedarme despierta hasta la 1:00 am pero espero que Rafa entienda que estaba escribiendo esta entrada y no decida castigarme por esto.

Ahora bien… mientras esperamos la tercera y última parte del relato del regalo de cumpleaños de Rafa me gustaría saber ¿Que sienten los spankers cuando ven a su spankee llorando durante una buena tunda? y ¿Qué sienten las otras spankees cuando lloran? Espero sus respuestas.

jueves, 4 de octubre de 2007

¿Por qué soy Spankee?

Seguimos en la espera de el relato de Rafa... Yo también me estoy empezando a impacientar!!! cada vez que hablo con Rafa lo sigo presionando pero lamentablemente está súper ocupado con el trabajo y no ha tenido tiempo de sentarse a escribir. Les prometo que seguiré presionando...

En esta oportunidad quiero hacer referencia a un artículo publicado por Jano en Azotes y Nalgadas el 22 de febrero de 2006 y que no había tenido la oportunidad de leer. Su interrogante principal es "¿Qué pasa en la psique o el cuerpo de la spankee? ¿Cuál es la causa primigenia que las pone en manos del spanker? ¿Cuál es la etiología de su placer? (Sabemos o creo yo saber, que la spankee nunca va a confesar o admitir verbalmente que le gusta ni a pedir directamente que la castiguen: al menos, eso es en nuestro caso) ¿Qué mecanismos se disparan en ella (o en él) para que el dolor se convierta en placer?"

Pero más que hacer la referencia a la pregunta de Jano, quiero copiar una de las respuestas que recibió de una spankee anónima que describe perfectamente lo que sentimos las spankees y lo que nos lleva a aceptar una buena tunda. Es una respuesta a una pregunta que me han hecho varias personas vainillas cuando les he hablado del tema... ¿Por qué te gusta que te peguen? Sé que puedo parecer floja al contestar esta pregunta con la respuesta de otra persona pero es que después de leerla pienso que resume perfectamente mi punto de vista.

Nuestra querida amiga anónima contestó:

"Bastantes interrogantes sobre una/un spankee se plantean aquí y bien interesantes de discernir y posteriormente discutir.

Intentare plasmar mi propio sentimiento como spankee y que me impulsa a terminar en las rodillas del Spanker y por ende dejarme azotar.

No creo, por lo menos ese es mi caso, que el dolor sea lo que me motive ya que no busco el dolor como tal. El dolor no me causa placer, lo soporto, es parte del juego pero no es el placer en si mismo. Es la situación global la que hace que mis hormonas se aceleren.

Como bien dice este artículo el cerebro es el órgano más erótico y es en el cerebro donde la fantasía y el juego están implantados en primera instancia.

En la travesura, la rebeldía, la actitud de niña es donde comienza el placer por que allí es donde se origina un juego entre el spanker y la spankee, pero quizás uno de los mayores ingredientes es la complicidad de saber que es algo que solo tu y tu Spanker saben que esta comenzando. De ahí se desprende todo, las miradas, las palabras amenazantes y es cuando las mariposas revolotean sin cesar por mi estomago y mi cerebro inicia su ya imparable carrera al erotismo, que para mi, es el spanking. Cuando por fin llega el increíble momento de la azotaina siempre se produce en mí una ansiedad, producto del temor al dolor( por supuesto, creo que es una reacción humana) y como resultado de no saber como transcurrirá el juego y que sensaciones nuevas y cuales conocidas se gestaran en mi interior. (Cada vez descubro algo nuevo en mi misma).

La actitud del Spanker unida a mis sensaciones hace explosión y me llevan a umbrales increíbles y maravillosos, los azotes como tal son la consecuencia. Podría atreverme a decir que es tan intenso el momento que se vive, la sensación de ceder el control, el sentirte indefensa por voluntad propia, por el solo placer de sentir placer, que el dolor (aunque se siente y a veces es fuerte) pasa a un segundo plano.

Opino que los limites del dolor se van rebasando a medida que la/el spankee va descubriendo lo intangible del juego, esas pequeñas y grandes cosas que te llevan a sentirte en la gloria y por eso el dolor va siendo manejado y controlado. Cuando un/una spankee, solo piensa en el dolor este será sentido en mayor magnitud y el dolor cegara e incapacitara al cerebro para sentir placer.

No creo que existan personas que les guste sentir dolor por el simple hecho de sentirlo, creo que existimos personas que asumimos y combinamos el dolor, de unos azotes por ejemplo, a sensaciones producidas por un global que incluye azotes pero que ellos solos no producen nada diferente al dolor por consiguiente no hay placer.

Por eso creo que ser spankee o spanker es un proceso de conocimiento y aprendizaje de uno mismo para poder llegar a disfrutar al máximo. Lo comparo con aprender a esquiar en la nieve; al principio te caerás y te darás golpes que dolerán pero si dejas que eso sea lo único el miedo al dolor te impedirá continuar y jamás descubrirás lo que se siente cuando el aire frió llega a tu cara y golpea y el olor de los pinos entra a tu organismo y sientes una sensación de libertad que no puedes describir".

No puedo menos que admirar la forma tan detallada y precisa con la que esta spankee anónima expresa lo que nos motiva a las/los spankees a ser lo que somos y a sentir como sentimos.

Les dejo el vínculo para las personas que quieran leer y obviamente los invito a leer este blog que me ha dejado encantada y que sigo devorando porque no he podido leerlo todo por ser tan extenso... Saludos a todos...

martes, 2 de octubre de 2007

Quiero llorar y no puedo

Empecé a escribir esta entrada y por alguna extraña razón se me borró más de la mitad de lo que había escrito y los cambios se guardaron antes de que puediese hacer algo, así que no tengo más remedio que volverlo a escribir.

Al empezar explicaba que sé que esperan una continuación a la entrada anterior donde hablaba del sexo entre Rafa y yo. Sin embargo, como le he comentado a algunas personas, considero pertinente que sea el mismo Rafa el que nos cuente la experiencia ya que fue su regalo de cumpleaños y porque quiero conocer su punto de vista como spanker de lo ocurrió.

Esta entrada tiene como fin confesarles uno de mis mayores sueños como spankee. Siempre he tenido la fantasía de llorar durante un castigo; sin embargo nunca lo he logrado, y les aseguro que no es por falta de severidad de Rafa. Él también se sorprende y asegura que no va a ser posible hacerme llorar de dolor, que la única forma que yo llore tiene que ser algo psicológico.

Supongo que tiene razón. Más de una vez mis amigos han dicho que soy como una roca... que en momentos dramáticos o de mucha tensión yo ni me inmuto. Hay quién ha llegado a decir que no tengo sentimientos... tampoco es así... lo que pasa es que hay momentos en que el orgullo es más fuerte que yo y otros donde la situación no me permite darme el lujo de quebrarme. Sin embargo, y por muy irónico que parezca, suelo llorar al ver películas... he visto Pearl Habor 7 veces y las 7 veces he llorado... ¿Quién sabe por qué?

No obstante hubo una vez en la que Rafa casi me hace llorar como una niña chiquita, aunque no lloré más por orgullosa que por otra cosa. Fue durante mi tercer castigo y todavía no conocía a Rafa lo suficiente como para sentirme cómoda llorando frente a él.

Como les comenté una vez, el relato sobre mi primer castigo fue una tarea que Rafa me ordenó hacer y por flojera no la entregué el día que debía lo cual me ganó una buena tunda. Obviamente no hay nada como unas buenas nalgadas, unos fuertes correazos, un rato en el rincón y nalgadas nuevamente intercalados entre regaños como para inspirar a cualquiera. Ese día apenas llegué a mi casa comencé a escribir... mis nalgas ardiendo y mi incomodidad para sentarme me recordaban a cada segundo que debía hacer mi tarea. Las palabras salían como si siempre hubiese sabido qué y cómo iba a escribir el relato. Le envié tres párrafos a Rafa, ya que la tarea original debía tener esa extensión. Sin embargo estaba tan inspirada que escribí mucho más que eso. A Rafa le encantó el adelanto así que inmediatamente me dio una fecha cercana a nuestro próximo castigo.

Para el tercer castigo yo todavía le debía a Rafa 8 correazos, ya que lo correazos del castigo anterior tuvieron otro motivo. El caso es que después de una buena sesión de nalgadas, las cuales nunca he contado pero estoy segura que no bajan de 150, me envió al rincón un rato mientras prendía la computadora y la impresora, luego me ordenó abrir el archivo donde tenía la tarea para imprimirlo. Nuevamente al rincón... a veces pienso que paso más tiempo en el rincón que siendo azotada...

Cuando Rafa me fue a buscar, me llevó a la otra habitación de su oficina en la que generalmente usa la correa por tener más espacio y estar mejor acondicionado para esos menesteres... además esa habitacíón tiene forrado de espejos las paredes y a él le encanta verme la cara mientras me azota. -No sé porqué la oficina tiene espejos en las paredes... y en el techo también, pero es así-.

Encima de la mesa, frente al espejo, había colocado el relato y me ordeno recostarme sobre la mesa de modo que quedara reposando sobre mis brazos y éstos a los lados del relato... muy al estilo de Maggie Gyllenhaal en la escena de spanking en La Secretaria.

Me ordenó leer el relato (que en físico tiene tres páginas) mientras me azotaba a veces con la correa para llegar a los 8 azotes que le debía. el resto del tiempo me daba nalgadas o me halaba el cabello y me repetía que leyera más despacio (obviamente en esta situación una quiere leer lo más rápido posible para que el martirio termine más rápido).

Entre la presión de estár recostada a la mesa desnuda de la cintura para abajo, intentando leer lentamente un escrito de 3 páginas en Garamond 12 a espacio sencillo, mientras era nalgueada y azotada con una correa que debían ser 8 azotes los cuales obviamente no estaba contando por lo que pudieron haber sido 6, como 10 (aunque Rafa jura que sólo fueron sólo 8) Como yo no sabía cuantos iban siempre estaba esperando el siguiente... Rafa luego me comentó que me iba a preguntar cuantos iban y si me equivocaba comenzaba de nuevo... gracias a Dios que no lo hizo porque no sólo no llevaba la cuenta, sino que si lo hubiese hecho seguramente sí me habría puesto a llorar.

El caso es que mientras leía la voz se me cortaba y tenía un nudo en la garganta, pero entre mi orgullo y el miedo que tenía a qué podía ocurrir si me detenía a llorar -Porque ya me había detenido tras algún azote muy fuerte con la correa y siempre recibía una fuerte nalgada con la orden: "sigue leyendo"-.

Si alguna vez en estos dos meses he estado a punto de llorar ese fue el momento y siempre que lo recuerdo me dan escalofríos. Sin duda alguna el llanto es algo más psicológico que físico y estoy segura que Rafa está buscando alguna manera de quebrar mi orgullo y mis defensas... Ya veremos qué ocurre.

No se desesperen... yo también estoy esperando el relato de lo que ocurrió el domingo, que fue cuando le di su regalo de cumpleaños a Rafa... Así como ustedes, yo también me muero por leerlo, ya prometí presionarlo un poco para que lo escriba lo antes posible. Muchos saludos...

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Rafa, el sexo y yo

Ok, esta entrada es para aclarar algo que me han preguntado hasta el cansancio: ¿Por qué Rafa y yo no tenemos relaciones sexuales?. Es un tema complicado que trataré de desglosarlo y aclarar la mayoría de las dudas.

Las condiciones en las que conocí a Rafa no eran las más adecuadas para confiar ciegamente en él y supongo que para que yo estuviese más tranquila con respecto a un encuentro él prometió que sería una relación exclusiva de spanking disciplinario y que el sexo quedaría fuera del castigo si yo así lo decidía. Obviamente no ha sido algo fácil ni para él ni para mí. Requiere una fuerza de voluntad de hierro y la verdad lo admiro por eso. No sé para quién ha sido más difícil, si para él o para mí... aunque yo creo que para él. En especial durante los últimos castigos en los que por mi malcriadez extrema me ha ordenado quitarme toda la ropa porque, como dice él (y yo lo apoyo), la verguenza y la humillación son parte esencial de todo castigo.

No voy a mentir, la situación se ha ido poniendo más intensa día a día. Yo sé que él se excita muchísimo con esto y yo... bueno, basta decir que he descubierto que puedo tener orgasmos durante un castigo. Puede que haya personas que no lo crean pero juro que estoy siendo honesta.

Ahora bien, sigue la pregunta ¿Por qué no ha habido sexo después de que ya nos conocimos? Hay personas que me han dicho que se nota que entre Rafa y yo hay una conexión más allá del spanking... y sí la hay. Precisamente esa era mi principal razón. Como ya he dicho antes Rafa es un hombre maravilloso con un montón de cualidades... llevo poco tiempo conociendolo pero por lo poco que conozco de él se perfila como el hombre ideal, al menos para mí. Él dice lo mismo de mí y yo le contesto que eso es porque no me conoce bien... El caso es que a partir de eso puedo dividir mi decisión de no levantarle la promesa en dos razones:

La primera razón es que sé que una vez que el sexo se haya incluído en esta relación voy a perder el poco control que puedo tener. Aunque Rafa siempre diga que al final la spankee siempre va a tener el control de la situación, quiero ver que alguna intente llevar el control cuando su spanker tiene el cinturón en la mano. Además, le decía a Rafa que en el momento en que estuviésemos juntos, sexualmente hablando, ya él no sería mi spanker... sería mi señor. Yo sería total y completamente suya y eso es algo que me daba pánico porque jamás me he entregado a ese grado. Lo que me lleva a mi segunda razón:

En mi experiencia el sexo tiene dos consecuencias: o hace que te conectes más a esa persona o hace que comienzes a sentir una aversión hacia él. Al menos para mí ha sido así. Aunque realmente no me preocupaba sentir aversión por Rafa, lo que más me preocupaba era enamorarme de él, de sentir algo que me pueda herir.

Ahora bien ¿A qué se deben todas estas disertaciones? Bueno, les cuento... como les comenté las cosas están bastante tensas en el ámbito sexual entre Rafa y yo. El lunes pasado me ordenó desvestirme completamente por primera vez y se podrán imaginar que fue muy difícil mantener el control; sin embargo, caballero como es, Rafa se comportó a la altura aunque a veces rozaba mi seno, más para humillarme que por otra cosa.

Ese día después de la paliza nos fuimos a una reunión en casa de uno de sus amigos. De más está decir que no me senté en toda la noche aunque, a pesar de que las nalgas me ardían, no pude evitar aprovechar un poco la situación amenazándolo con delatar su secreto. "Ojalá tus amigos me pregunten cómo nos conocimos para contarles", "Ale, no se te ocurra porque ahí sí de daría la paliza de tu vida", "¿Por qué? Una de las reglas que TÚ me pusiste es que jamás debo mentir", "Alejandra: Hazlo para que veas...". Obviamente no dije nada pero fue divertido retarlo. Me dio un par de nalgadas cuando nadie veía y eso fue todo... hasta que me dejó en mi casa. Recuerden que mi trasero había quedado muy maltratado, porque Rafa había tenído mi primer encuentro con la cuchara de madera (la misma que usaba al principio para azotarme yo misma en nuestros castigos virtuales). Definitivamente odio la madera...

Obviamente mi acto de rebeldía no se iba a quedar sin castigo y allí mismo en el carro en una calle obscura me dió el castigo que me merecía por mi altanería. Se podrán imaginar que yo no soportaba más así que le rogué que por favor se detuviera. Su respuesta: Cinco azotes fuertes con la cuchara para que aprendiera bien la lección. Colocó el respaldar del asiento inclinado hacia atrás y me ordenó que me recostara sobre él. Los debía contar y dar las gracias... De más está decir que fue horrible y después de esos cinco azotes me abrazó y me recordó que eso lo hace por mi bien. Sin embargo en medio de ese abrazo ocurrió lo que secretamente había deseado tantas veces: Nos besamos.

Fue un beso mágico, como sacado de una película. No sé si fue la situación o las ganas acumuladas pero realmente fue maravilloso. Jamás había dado un beso tan intenso ni tan perfecto. Rafa no intentó más nada, supongo que por miedo a arruinar el momento. Ahora bien, como entenderán las cosas se han complicado...

Mi último castigo, fue mucho más intenso... fue el sábado y yo estaba otra vez desnuda... Esta vez Rafa fue mucho más allá. Me pasó frente a un espejo y me hizo verme mientras recorría mi cuerpo con sus manos y me repetía: "Tú eres mía, todo esto es mío"... ¿Cuántas veces no hemos querido escuchar eso de alguien? La verdad me excitó muchísimo y lamento no haber tenido el valor de pedirle que me terminara de hacer suya. En el momento en que lo pensé ya era muy tarde y teníamos que irnos porque iban a cerrar el estacionamiento.

Después de esto Rafa y yo hablamos y le levanté la promesa. Aún no hemos tenido la oportunidad de aprovecharlo, pero me imagino que será muy interesante porque hace poco fue su cumpleaños y le prometí que me iba a disfrazar de colegiala ya que sé que es una de sus fantasías.

No les voy a decir que no sigo teniendo miedo... pero ya menos. Tenía miedo a quererlo y ya lo quiero así que ¿Para qué seguir postergando lo que tanto hemos deseado? Sé que voy a salir herida, pero, como Rafa me hizo entender, yo no soy la única que se arriesga a enamorarse... Ya veremos qué pasa...

Cabe destacar que no sé si Rafa sabe lo mucho que lo quiero y todo el cariño que le he agarrado durante este tiempo... supongo que se lo he demostrado aunque no se lo diga, y si no lo sabe, lo sabrá al leer esto. Siempre le digo que me encanta y la verdad sé que ya no hay vuelta a atrás... Veo el dolor venir y no me importa, es un riesgo que voy a correr....

lunes, 24 de septiembre de 2007

¿Qué será del futuro?

Antes que nada quiero agradecer a Rafa su apoyo en esta aventura de escribir sobre nuestras experiencias y por haber decidido participar haciendo su aportes porque, como dije antes, también me llama la atención saber qué pasa por la mente de un spanker...

Ayer, hablando con un amigo sobre el spanking me preguntaba si yo estaría dispuesta a vivir toda la vida en una relación de DD ¿Qué pasaría si yo me casara con un hombre spanker? o más aún ¿Cuánto tiempo aguantaría estar en esta situación?. Slater piensa que esto es nada más una etapa y que se me va a pasar, a lo que no puedo menos que reirme porque si es una etapa, es una etapa que me ha durado toda la vida. Si bien es ahora que la estoy viviendo a plenitud, cada día que pasa me convenzo más de que sin el spanking ya no puedo vivir.

Hace unos días le comentaba a Rafa que me preocupa mucho mi adicción al spanking, porque después de haberlo probado dudo que pueda volver a tener una relación "normal". Su respuesta fue: "Bienvenida a mi mundo". Y me di cuenta que para él también debe ser difícil. Inconcientemente asumí que para él es más sencillo porque muchas mujeres tenemos la fantasía y el deseo de que un hombre nos domine en mayor o menor grado. Obviamente habrá mujeres que no estén dispuestas a recibir unos buenos correazos en la posición en cuatro (de perrito)... lo cual entiendo porque, hasta ahora, es la posición que menos me gusta (por no decir que la odio) por el grado de humillación que tiene al mostrarle a Rafa más de lo que estoy acostumbrada a mostrar y porque realmente los azotes duelen más en esa posición. Sin embargo estoy convencida que todas, o casi todas las mujeres ya que la excepción hace la regla, le gusta que le den unas nalgadas de vez en cuando durante el sexo. Pero ¿Cómo hace un spanker o una spankee para decirle a su pareja lo que siente? Hablándolo obviamente, pero no es tan fácil... Yo sólo se lo dije a dos de mis novios, pero eso no quiere decir que hayan sido las únicas relaciones que he tenido.

El caso es que nos enfrascamos en una discusión de si era más fácil para nosotras o para ellos... Yo argumentaba que para ellos es más sencillo ir llevando a la pareja poco a poco desde unas nalgadas durante el sexo a un juego de nalgadas hasta poder hablarlo directamente, en cambio una spankee tiene que pedirlo expresamente, tiene que hablarlo directamente porque por más indirectas e insinuaciones que una haga, los hombres generalmente no entienden. Sin embargo Rafa dice que es más fácil que una mujer lo pida porque su pareja siempre intentará complacerla (eso es relativo y la prueba está en la primera entrada), en cambio si ellos hacen lo mismo corren el riesgo de ser vistos como unos pervertidos, sádicos y agresivos... Al final no llegamos a ningún acuerdo.

Definitivamente estoy de acuerdo con Rafa en que lo mejor es la comunicación... pero no es tan fácil hablarlo abiertamente. Lamentablemente vivimos en una sociedad llena de prejuicios y tabúes y tocar estos temas se hace muy difícil. Rafa dice que no entiende cómo yo puedo hablar de esto con algunos de mis amigos.. también dice que doy demasiados detalles.. supongo que como es un viejo no es tan abierto con respecto a su vida privada. (Lo de viejo es una broma)

Para contestarle a Slater ¿Me gustaría casarme con un spanker? Sí, no tengo la menor duda... ¿Encontraré a alguno? No lo sé. Es un tema que realmente me preocupa y sé que a Rafa también... Quién sabe qué nos deparará el destino.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Mi primer castigo real

Gracias a Dios encontré el archivo del que les había hablado antes de que Rafa me ordenara transcribirlo. Este archivo fue una tarea que me colocó Rafa y que, al ordenarmelo, me dio mucho fastidio y no la entregué el día que debía, lo cual obviamente me hizo acreedora de una buena tunda de la cual les contaré en otro momento. El relato explica con bastante detalle como fue mi primer castigo y según Rafa me saqué un 20... aunque eso no redimió el hecho de haber desobedecido la orden explícita de entregarla el día que estaba pautado.

El relato es el siguiente, espero que lo disfruten:

“Estoy llegando” me dijo. Mi corazón comenzó a latir cada vez más rápido. No sabía que esperar y por un segundo pensé en inventar alguna excusa para librarme del rollo en el que me había metido; sin embargo, la curiosidad y el orgullo pudieron más que el miedo que me daba el encontrarme con el spanker que había conocido por Internet y con el que había acordado verme para recibir una buena tunda.

No puedo decir que no me mereciera la paliza que iba a recibir. Mi comportamiento esa semana me había hecho acreedora de varios castigos a lo largo de toda la semana. Castigos que, hasta el momento, me los daba yo misma y él los supervisaba a través de la cámara en Internet. El intercambio de todos esos castigos por uno sólo real ya no me parecían tan buena idea. Al fin y al cabo, no sabía qué tan severo y agresivo podría ser en realidad. Sin embargo ya lo había conocido personalmente y no me pareció el típico loco que uno se encuentra en una página de spanking.

Salí y me monté en el carro. Me preguntó si estaba totalmente segura de lo que estaba haciendo. Tuve la tentación de decirle que no pero, como dije anteriormente, mi curiosidad podía más. El camino fue bastante cordial, hablamos de temas variados y hasta bromeamos. Era muy difícil imaginarlo regañándome e incluso castigándome debido a su cara de niño ¡Qué equivocada estaba!

Llegamos a su oficina, abrió la puerta y me dejó pasar. En ese momento recordé que había dejado en la casa la cuchara de madera que me había ordenado llevar, sabía que eso iba a ser un castigo adicional así que decidí no decir nada rogando que no se acordara. Estaba muerta de miedo pero mi orgullo no me dejaba demostrarlo. Me enseñó el lugar y me dijo que me sentara frente a él. Nuevamente me preguntó si estaba segura... Era el momento definitivo, sabía que si aceptaba no había marcha atrás y que tenía que aguantar hasta que él decidiera que era suficiente si no quería que fuese peor. “Estoy aquí por algo ¿No?” fue mi respuesta. Por un momento pensé que se iba a molestar por contestarle de esa manera pero no fue así. Supongo que él estaba tan nervioso como yo. Lamentablemente sí se acordó de la cuchara, pero no me dijo el castigo que me había ganado por dejarlo.

Me regañó por mi comportamiento mientras me pegaba con su mano, me recordó todas las faltas que había cometido y el castigo que iba recibir: una buena sesión de nalgadas y 20 correazos. No pude evitar reírme, me hacía gracia lo absurdo de la situación. Varias veces habíamos hablado de lo que nos gustaba del spanking y, sin duda alguna tengo que admitir que lo que más me gusta es el principio… la tensión y la angustia de no saber qué es lo que viene, o de saberlo y estar consciente de que no se puede hacer nada. Esos momentos antes de ser azotada son inigualables y cada gesto, cada palabra, cada orden y cada mirada provocan las mismas sensaciones que provocarían caricias en otras circunstancias.

Me colocó sobre sus rodillas y me pegó varias veces, no muy fuerte pero sí con un ritmo constante. Me levantó y me dijo: “Quítate los pantalones, dóblalos y colócalos sobre la mesa”. Sabía que el castigo iba a ser sin pantalones, ya habíamos acordado que por ser el primero no me iba a quitar la ropa interior siempre y cuando llevara un hilo puesto. No obstante, el tenerlo en frente y pensar que me iba a ver en ropa interior me avergonzó e intenté resistirme. Unos azotes fuertes en las nalgas me dieron a entender que no iba a aceptar desobediencias, así que hice lo que me había pedido.

Con calma examinó mis nalgas y las sobó lentamente. Lamentó tener que castigarlas tan severamente pero me recordó que yo me lo había buscado. Me dijo que me colocara nuevamente sobre sus rodillas, lo cual obviamente es más humillante a que te obliguen a hacerlo, pero sabía que no debía resistirme o sería peor. Ya en sus rodillas con mis nalgas expuestas me recordó lo que me esperaba y sin más, comenzó a azotarme. Al principio no fue tan mal, era hasta divertido pero poco a poco la temperatura de mi trasero comenzó a elevarse y lo que era un dolor placentero comenzó a ser un dolor real. De vez en cuando, se detenía y me ordenaba levantarme para examinar mis nalgas o bien dejarme parada mirando a la pared mientras él tomaba agua y descansaba un poco.

Después de muchas nalgadas, las cuales me fueron imposibles contar, finalmente se detuvo, no sin antes hacerme saber que serían los últimos azotes con la mano y darlos especialmente fuertes. Las nalgas me ardían y me dolían, pero sabía que aún no se había acabado: faltaba lo peor: la correa. Otro rato mirando a la pared sirvió para aumentar la agonía de lo que me esperaba y sabía que lo que había sufrido no era nada comparado con los veinte azotes que iba a recibir.

Con mucha calma y sin decir nada me condujo hasta la otra habitación y me ordenó recostarme sobre el escritorio. Se puso frente a mí y lentamente se quitó el cinturón de cuero negro y grueso; lentamente lo dobló y mi cuerpo se estremeció cuando lo hizo sonar. Sabía que no iba a ser una experiencia agradable, y a la vez sabía que nada me iba a salvar de eso. Yo había aceptado recibir el castigo y nadie me había obligado a estar ahí.

Los primeros diez correazos fueron horribles, pero aguantables. Después de esos me obligó a sentarme sobre sus rodillas mientras me regañaba y me recordaba que eso lo hacía por mi bien. El comentario me dio risa lo que me ganó 3 correazos más. Debí haberme quedado callada. En ese momento se acordó de mi falta al haber dejado la cuchara que me había ordenado llevar. Pero, para ser condescendiente, me dejó decidir entre 25 correazos el sábado siguiente o 5 más ese día y 12 el sábado, siempre y cuando tuviese que escribir unas líneas ese día.

Él sabía lo que yo detesto escribir líneas. ¡No lo soporto! Por eso lo hizo. Estábamos hablando de 8 correazos menos y divididos en dos tandas. Pero tenía que escribir líneas… Mi cuerpo me decía: ¡Agarra las líneas! Pero mi orgullo no me dejaba. Como no sabía que contestar me levantó y me llevó nuevamente a la posición anterior para darme los próximos 10 azotes. Cada golpe me parecía peor que el anterior y podía sentir como mis nalgas, ya bastante rojas por la tunda, podían escocer al más mínimo roce del cuero. Al finalizar se detuvo otra vez y me preguntó cuál era mi decisión.

Sabía que estaba disfrutando el verme debatir entre lo lógico y mi orgullo. Sin embargo después de 20 correazos mi orgullo ya no era tan fuerte como al principio. Elegí las líneas. Pero aún me faltaban 8 correazos más… ¡Qué agonía! Nuevamente a la posición original. “Estos van a ser los más fuertes”. Tenía que contarlos, dar las gracias y pedir el próximo. Como si contarlos y dar las gracias no fuese ya lo suficientemente humillante, pedir el siguiente ¡era el colmo¡ Pero no me atreví a discutir. Cuando dijo que iban a ser los azotes más fuertes no mentía. Hasta ahora había mantenido la posición por orgullo pero a cada azote era cada vez más difícil. “veinticuatro, gracias señor, por favor déme otro”. Faltaban sólo cuatro y ya no aguantaba más, pero no podía decir que no podía, igual no iba a servir de nada. Sin embargo ya no podía mantener la postura con los golpes y una o dos veces me levanté por completo. El último azote fue realmente fuerte. Mis nalgas no sólo ardían sino que podía sentir como palpitaban las marcas que me había dejado el cinturón y que posteriormente se convertirían en morados que tardaron más de una semana en desaparecer.

Me levanté y me obligó a besar el cinturón. Me hizo pedir perdón por mis faltas y asegurarle que de ahora en adelante sería una niña buena, obediente y que no volvería a ser malcriada. Me llevó a la otra habitación y me dijo que me sentara, ¡No podía sentarme! Él lo entendió y me dejó otro rato arrodillada mirando a la pared. Mientras estuve en esa posición puede ver cómo buscaba una hoja y un bolígrafo y escribía algo en ellos. Con todo lo que había pasado ya se me había olvidado lo de las malditas líneas.

Después de un tiempo que se me hizo interminable me ordenó levantarme y sentarme en la silla. Me costó mucho encontrar una posición en la que pudiese permanecer sentada ya que me dolía muchísimo, especialmente mi nalga derecha. Sin embargo, no quería darle la satisfacción de saber cuánto me dolía así que intenté disimularlo lo mejor que podía. Ahí estaba, escrito en la hoja lo que tenía que copiar 20 veces: “Soy una niña malcriada y mal portada que debe ser castigada con muchas nalgadas” ¡Aparte tenía que admitir que era malcriada y que me merecía los azotes! ¿Dónde quedaron las líneas de “No debo ser malcriada”? Escribí las líneas una a una juntando el poco de orgullo que aún me quedaba para no hacer ninguna queja ni ninguna expresión facial que denotara mi incomodidad. Finalmente terminé y se las entregué para que las revisara.

“Muy bien, ¿ves que bella te ves cuando eres una niña buena y obediente?” Revisó nuevamente mi trasero adolorido antes de ordenarme que me vistiera. Mientras lo hacía me repetía cómo debía comportarme de ahora en adelante y me hacía repetir todo lo que decía. Un par de nalgadas para confirmar que todo había quedado claro y nos fuimos.

De más está decir que me costó mucho sentarme en el carro, él lo sabía pero no decía nada. Tenía una sonrisa en el rostro mientras miraba de reojo como buscaba acomodarme en el asiento. Me dejó en mi casa y al llegar no pude menos que salir corriendo a verme en el espejo… La vista de unas nalgas recién azotadas son inigualables… ¿O me equivoco?

viernes, 21 de septiembre de 2007